miércoles, junio 21, 2017
Arco tendiendo al sentido pero sin equivalencias
Novo en el discurso del 52
habla del ave como presencia incrustada
en la historicidad
Comienza con el ruiseñor y ofrece esta transcripción
onomatopéyica de los hermanos Müller
Ahí lo inteligible no es otra cosa
que un arco tendiendo al sentido
pero sin equivalencias
La deuda de un libro
en que errancia y razón permanezcan
indeterminadas, que obra como gozne
de lo que el poema une y
dispensa de sentido
Transcripciones de una lengua truncada
para hacer justicia no a lo imputado con sentido
sino al basamento ciego que escapa
Como nuestro concepto pobre de justicia,
tal como lo conocemos, o tal como hemos querido conocerlo
debe existir un basamento común a la música, la
justicia, al ave y el poema
No es solo la variación en el estilo lo que Novo registra
sino el adelgazamiento fenomenológico del mundo
En un momento del ensayo
en sus formas de asociación Novo
hace pensar en aquel cuento de Quiroga
sobre un mono paratáctico
que era una pura bolsa de aire interrumpiendo
el contrato sonoro
Al final atendemos a la textualidad
pero descentramos su primacía
un ave es negación de toda práctica
¿cómo nos conduce? Y nos conduce
Una suerte de inconsistencia, mantos de no
traducción que sugieren
en casi todo momento, algo anterior
a la alegoría, al contenido
y al contenido por tanto
En líneas contiguas
como astas de una mente
en la rama sola del sicomoro, refractada
entre pájaro y línea
ahí la mente no ve un movimiento
que es disparidad
esa ley nos entrega
por fin al animal, la interioridad
propuesta por el traductor
el canto acumulado de los pájaros
antes del siglo veinte
Hugo García Manríquez
Poema inédito cedido por el autor para Nueva Provenza
miércoles, junio 07, 2017
Dos poemas de Gary Snyder
Construcción
Comenzamos nuestra casa a mediados de la Revolución Cultural,
la guerra de Vietnam, Camboya, en los oídos,
gas lacrimógeno en Berkeley,
muchachos con petos de mirada asustada, pelo largo enmarañado,
[escapando de la policía
Desbastamos árboles, perforamos rocas, cavamos pozos negros,
[nos dimos saunas juntos
Terminada esa casa, continuamos,
construimos una escuela, con cien carretillas,
organizamos seminarios sobre paleoindios de California durante
[las comidas.
Bronceamos el carácter "Mu" al estilo de la dinastía Chou
en los soportes herrados del techo,
enterramos una vajra de cinco puntas en las escuelas
a la vez que rezábamos y ofrendábamos tabaco.
Un incendio destruyó esos edificios, el seguro reconstruyó
una mala copia.
Diez años más tarde nos reunimos en la margen de un prado.
La revolución cultural terminó, el pelo se lleva corto,
la industria tiene las riendas en los bosques de la gente,
hay madres solteras que vuelven a la universidad para hacerse abogadas.
Soplando la caracola, agitando las anillas del cayado
comenzamos las obras de una sala.
Cuarenta personas, mujeres carpinteras, trabajo infantil, martillando
[clavos,
atornillar la ondulina de acero y pulir las vigas
con un cepillo,
la obra está terminada en tres semanas.
La llenamos de amigos y de flores y la abrimos.
Hoy, en el año del golfo Pérsico,
cuando las Mentiras y Crímenes del Gobierno se exhiben como Virtudes,
este baile con la Materia
continúa: nuestras construcciones son sólidas, para vivir, para educar
[para educarse,
para sentarse, para conocer de veras el sonido de una campana.
Esto es historia. Esto está fuera de la historia.
Las construcciones se levantan en el momento,
continuamente mojadas por el lago
que lo renueva todo
fulgurantes y desnudas.
La luna recorre
sus veintiocho noches.
Pasan años húmedos y años secos;
herramientas afiladas, buen diseño.
Después de Bamiyán
Marzo 2001
El peregrino budista chino Hsüan Tsang describió a los brillantes Budas gigantes, tallados y pintados, de pie en sus nichos de piedra, en el extremo del valle de Bamiyán, cuando lo atravesó a pie, de camino a India en el siglo VII de nuestra era. La pasada semana fueron volados por los talibanes. No solo por los talibanes, sino por los puntos de vista autoritarios que recorren el planeta y niegan a la naturaleza y a la mujer y se remontan más allá de Abraham. Denis Dutton me envió este poema:
Ni siquiera
bajo fuego de mortero
se echan atrás.
Los Budas de Bamiyán
toman refugio en el polvo.
Que nuestras mentes se mantengan claras y tranquilas en el momento presente y honremos el polvo.
*
Abril 2001
De un hombre que escribe sobre Budismo
Querido Gary:
Bien, sí, pero el Dharma que se manifiesta está
inmerso en el samsara y decaerá.
—R.
—Contesté,
Ah, sí, la impermanencia. Pero eso no es nunca una razón para perder de vista nuestra compasión y atención, o despreocuparnos del sufrimiento de los demás porque sean seres meramente impermanentes. Como dice el haiku de Issa
Tsuyu no yo wa tsuyu no yo nagara sarinagara
"Este mundo de gotas de rocío
es solo un mundo de gotas de rocío
y sin embargo—"
Este "y sin embargo" es nuestra práctica siempre. Y tal vez sea la raíz del Dharma.
*
Una persona que debería pensárselo más escribió: "Muchos occidentales sentimentales y crédulos, creo, se horrorizaron por la destrucción de las estatuas de los Budas afganos porque creen que la así llamada religión oriental es más compasiva y menos dogmática... Bien, ¿no hay nada sagrado? Solo el respeto por la vida humana y la cultura, que no necesitan permiso divino ni ningún sacerdocio para inculcarlas. La veneración extravagante de lugares y textos sagrados es un obstáculo capital para esta sencilla comprensión".
—Este es otro caso de "culpen a la víctima", contesté.
"Aquí no se cuestiona al Budismo. Las estatuas de Bamiyán son parte de la vida y cultura humanas, son obras de arte, destruidas por los idólatras del libro. ¿Hay algo "ingenuo" en respetar el arte y la cultura religiosa del pasado? Contando con la dulzura del corazón de (la mayoría de) los Budistas, usted se siente seguro vapuleando las estatuas de Bamiyán como si los talibanes no hubiesen hecho ya un contundente trabajo. Dudo que tenga usted el valor de pedir lanzar un pequeño misil contra la Kaaba. Hay personas que querrían eliminarle y usted lo sabe".
*
Septiembre 2001
Los hombres y mujeres
que murieron en el World Trade Center
junto con
los Budas de Bamiyán
Toman refugio en el polvo.
Gary Snyder
La mente salvaje (Nueva antología)
Traducción: Nacho Fernández Rocafort, Miguel Ángel Bernat,
José Luis Regojo y John Good.
Árdora, 2016.
Etiquetas:
Estados Unidos,
Gary Snyder
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