domingo, julio 07, 2024

Siete cantos amerindios

La tierra tiembla
cuando estoy a punto de entrar.
El corazón zozobra
cuando estoy a punto de entrar
a la casa del espíritu.

(Canto chippewa)





Desde la mitad
del cielo
eso que vive ahí
viene, y hace ruido.

(Canto chippewa)





Mi amor se ha ido

Pensé que era
un somormujo.
Pero era
el remo de mi amor
salpicando.

(Canto chippewa)




Canto de guerra

Me considero
un lobo.
Pero no he comido nada.
Es por eso
que me canso
de estar parado.
Me considero
un lobo.
Pero los búhos
están ululando
y
tengo miedo de la noche.

(Canto teton sioux)





Canto de la danza del búfalo

Él dijo:
--Irreal el búfalo está parado.
Estos son sus dichos.
Irreal el búfalo está parado.
Irreal está parado en el espacio abierto.
Irreal está parado.

(Canto pawnee)





Canto para una danza de la cabellera

alguna gente en el cielo
debe estar celosa
de mi danza aquí
con esta cabellera

(Canto odenigun)





es cosa segura
¡soy un espíritu!
¿me ves hacerme visible?
debo ser un castor macho

(Canto nawajibigokwe)





Kenneth Rexroth y Frances Densmore
Cantos amerindios
Serie Adugo biri, UNAM, 2019
Edición: Enrique Flores
Traducción: Patricia Gola
Leer el libro completo aquí.

viernes, junio 28, 2024

Siete poemas quechuas

Chaparroncito

Chaparroncito, chaparroncito,
mira, no me mojes,
que tengo manta corta.
Granizada, granizada,
no me granices
que tengo poncho chico.

Ventarrón, ventarrón,
no me ventees,
que estoy andrajoso.

Diversión, diversión, divertirse.
Hasta las espinas pisaría,
hasta las piedras estropearía.

¡Ay, ayayai, ayayai!
Pastorcita:
subís a la lomadita
y el cóndor revuelve y revuelve.

¡Ay, ayayai, ayayai!
Pastorcito:
trepáis a un montecito
y el halcón revolotea y revolotea.

¡Ay, ayayai, ayayai!
Pastorcitos:
os paráis en la pared del cerco
y el zorro husmea y husmea.

     Vamos, sí o no:
     al interior del río
     a coger peces.
     Vamos, sí o no:
     a la ribera
     a apedrear patos.

(Anónimo. Traducción: Adolfo Vienrich)





Cristalino río

Cristalino río
de los lambras,
lágrimas
de los peces de oro,
llanto
de los grandes precipicios.
Hondo río
de los bosques de tara,
el que se pierde
en el recodo del abismo,
el que grita
en el barranco donde tienen su guarida los loros.

Lejano, lejano,
río amado,
llévame
con mi hermosa amante,
por en medio de las rocas,
entre las nubes de lluvia.

(Anónimo. Traducción: José María Arguedas)





Malagüero cóndor

Por la puerta de mi casa el cóndor revolotea,
por encima de mi pueblo da la vuelta,
demasiado, demasiado carnívoro es
aquel cóndor;
demasiado, demasiado carnívoro es
el cóndor malagüero.

Luego, él está sabiendo
mi solitario destino
y mi pobre estrella.

Por esto, por la puerta de mi casa
revolotea y revolotea
el cóndor malagüero,
da la vuelta y da la vuelta,
el cóndor malagüero.

(Anónimo. Traducción: Sergio Quijada Jara)





El lagarto

Oh, lagartija, lagarto,
lagarto, lagarto amarillo,
con qué deseos vienes
haciéndome rondas.

Ay, lagarto, si vives soltero
corres y bailas presto, lagarto;
salta y gira, lagarto,
oh, lagartija, lagarto.

Si eres solito, lagarto,
canta y echa la risa, lagarto,
y acaríciame con todo amor,
quiéreme mucho, lagarto.

(Anónimo. Traducción: Jorge A. Lira)





Herranza de llamas

Buena llama es la mía,
linda llama es la mía,
su altivo cuello, erguido,
como frutos de plátanos sus orejas.

Hermosa llama es la mía,
veloz llama es la mía,
sus ojos son como dos estrellas,
cual una seda su lana.

(Anónimo. Traducción: Felipe Cristóbal y José María Arguedas)





A la planta

Bella planta, árbol frondoso
cuya sombra me acogió.
                                    ¡Triunfo!
Tú supiste abrir los brazos
a nuestra generación.
                                    ¡Triunfo!
Triunfo, querida planta,
                                    ¡Triunfo!
Tú abandonando tus raíces
llevas tu hermoso verdor,
                                    ¡Triunfo!
A dar sombra al trono excelso
donde descansa el Señor,
                                    ¡Triunfo!
Triunfo, querida planta,
                                    ¡Triunfo!

(Anónimo. Traducción: José Dionisio Anchorena)





Oración para que multipliquen las gentes

¡Oh, Hacedor!, que haces maravillas y cosas nunca vistas, misericordioso Hacedor, grande, sin medida multipliquen las gentes y haya criaturas y los pueblos y tierras estén sin peligros y éstos a quien diste ser guárdalos y tenlos de tu mano.

(Anónimo. Traducción: Cristóbal de Molina)





Poesía quechua
Selección y notas: Sebastián Salazar Bondy
Arca/Galerna, 1968

viernes, junio 21, 2024

Cinco poemas de Ana Belén López

Una muchacha
se recarga en el barandal
no mira el horizonte
no despide ningún barco
a nadie
no sueña con cruzar océanos
descansa un pie sobre otro
luego el otro





Gira
entre las olas
que se forman en la orilla
se confunde con una
burbuja grande, café,
redonda, brillosa
se confunde
también con la cabeza
de una foca

gira con más rapidez
el coco
tratando de volver
a la playa que lo
arrojó al mar





La cubeta se estrelló
en la calle
a las seis de la mañana
a las dos de la mañana

otra cubeta se estrella
(en la calle)

y allá las estrellas
sí se ven
y había estrellas
que se ven
y las cubetas se estrellaron
y las estrellas se vieron
y retumbaron

las cubetas
estrelladas
retumbaron





La sierra
se cubre de frío

y huele a leña

se extiende la neblina fría

y huele a leña

la casa cierra sus ventanas

y huele a leña

el olor a leña
se escapa
por un vidrio roto





Las noches
suenan

a grillo

y a cachoras
que se burlan
de los grillos
toda la noche





Ana Belén López
Del barandal
Ediciones Sin Nombre, 2001

viernes, junio 14, 2024

Fragmentos de un poema de Charles Bernstein

Desde un punto de vista compositivo
la pregunta es ¿qué puede absorber un poema?
Aquí piensa
en el texto como una sustancia esponjosa
que absorbe vocabulario, sintaxis y referencias.
La idea de un poema que absorbe estos elementos
está hecha para proveer de una alternativa a nociones
más tradicionales de narración causal o relevancia temática
como productoras de una obra unificada.
Un poema puede absorber lógicas contradictorias,
múltiples tonalidades, polirritmos. Al mismo tiempo
los materiales impermeables –o momentos–
son recursos musicales cruciales para un poema,
pero no todos los materiales impermeables
funcionarán para crear el espacio textural deseado.
Estos son grados relativos
de valencias de impermeabilidad que pueden ser orientadas
una contra otra para crear
«brechas» interlineales o interfrasísticas que actúen
como intervalos de una composición musical. Si vamos
más lejos, los elementos impermeables pueden fusionarse
disráficamente para crear una gravedad textual hiperabsorbente
en la cual los distintos elementos originarios
ya no puedan aislarse. Así,
lo absorbido y lo no absorbido se escinden,
ya que escindir significa tanto dividir
como mantener unido.

Un criterio para conocer si el material
no absorbido en un poema "funciona"
es evaluar si promueve o dificulta la absorción
del lector en la escritura. El autor
puede tener la intención de una o ambas.
Crear un texto absorbente puede o no
ser el objetivo de un poema. Pero la dinámica
de absorción es
central para toda lectura y escritura.







La unidad causal es frecuentemente motivada por un deseo
de crear poemas más absorbentes, «efectivos».
El problema es que frecuentemente
no funciona: los recursos usados
crean poemas que parecen falsos
o aburridos
o evidentes. Una razón
para este fracaso pragmático
es que mucha de la poesía estadounidense
contemporánea está basada en nociones simplistas
de absorción mediante la unidad, como
las nociones ocasionalmente propuestas por Ginsberg
(quien, como lo muestra en su obra,
sabe más que eso, pero ha hecho un compromiso
ideológico con tal simplicidad) y Simpson
(cuyo caso es menos complejo). Por el contrario, el pensamiento
de Antin sobre estos asuntos es determinantemente
sofisticado y su práctica lo muestra;
su obra sugiere
nuevas posibilidades a las inquietudes
que él articula.

La unidad causal no es de ninguna manera el único enfoque
que se ha utilizado para crear obras absorbentes.
La versificación métrica ha sido tradicionalmente utilizada
con este propósito: las recurrencias regulares de sonidos
y ritmos sosegando –o tirando– la atención hacia
adentro. En este momento, sin embargo, esta estrategia
puede fallar en terrenos pragmáticos ya que esas
obras corren un alto riesgo de ser tediosamente
repetitivas y estúpidamente ideadas, esto es,
no absorbentes: torpes intentando ser
inteligentes.







Aún la imagen de la ficción fascinante
que engrosa la más mundana moda
del deterioro literario, y el nexo de
sospechas que se originan en reacción
a este tipo de obras, usualmente
ha conducido a algunos escritores a crear
obras no absorbentes o antiabsorbentes.
Para estos escritores,
ha habido un útil
cuestionamiento de aquello hacia lo cual
normalmente se nos pide absorbernos y
un abierto rechazo de cualquier arreglo
con o asimilación en este espacio
«burgués». Además, el embelesamiento no tiene
un monopolio en la creación de sentido o placer
y puede (a mí también me gusta Dashiell Hammett)
que inhiba ambos. El uso de modalidades
no transparentes o no unificadas puede producir
contenido y música mucho más resonante que
la usualmente posible, del mismo modo que puede producir obras aburridas
y didácticas. Para muchos lectores
y escritores, los límites de lo que
puede ser representado absorbentemente son muy
amplios, y los productos de tales
aproximaciones son bastante engañosos. Para tales
escritores, el proyecto es despertarnos
de la hipnosis de la absorción.







La sospecha y el rechazo de la escritura
absorbente es en parte y relevantemente una respuesta a
los intentos de absorber
a los lectores en una estasis eminentemente sabrosa, distractora.
«Si solo la trama dejase a la gente en paz», escribe
Perelman. Uno pudiera desear el fin de esta
monotonía de la experiencia: no ser ya aún más
sumergidos en ella, como en la agonizante narrativa
cíclica de los más divertidos de esos géneros absorbentes
contemporáneos, las series de televisión. O quizá
la reducción simplista
de la vida diaria, las distracciones de leer
«entretenimientos» –las revistas de lectura rápida y
la ficción y el verso– que absorben solo lánguidamente,
tónico para el insomnio pero no con la materia propia del sueño;
alimentando la banalidad de la vida diaria
y sin reflejar su elusiva actualidad.

Es un proyecto diferente, más difícil, menos
de moda, crear un poema que pueda absorber
a sus lectores en algo que no sea estático
–llámese ex-tático, o u-topía, o digámosle
lo innombrable que la escritura constantemente
nombra–. Para lograr esto se requiere algo extraño y que sacuda,
y ya sea que la crecida sea mellada o pulse, consiga,
en palabras de Dickinson, «agitar (...) con rayos
de melodía».

«Junto a nosotros todo esto vira, absorto a modo de
ensueño tanto como de visión, sonido, signo. Repelida
o cautivada, la conciencia de ver repleta;
de signos llena o insiste en la ausencia».

Las obras antiabsorbentes actuales serán
mañana las obras más absorbentes, y vice-
versa: lo absorbente, los recursos acomodaticios
de hoy en muchos casos se volverán arcaicos.
Lo antiabsorbente, mientras es entendido
precisamente como transgresión en esencia, es
histórica y contextualmente específico. Entendidas
como una dinámica en la historia de la recepción de una obra,
la absorción y la repelencia cambiarán con nuevos contextos
de publicación, nuevos lectores y subsecuentes desarrollos
formales y políticos. Por esta razón,
el reconocimiento inicial del estatus de artificio de una obra
puede prepararla mejor
para su viaje a través del tiempo. Como Stein anotó,
las obras genuinamente «contemporáneas» al principio
parecerán raras, pero es su rareza lo que les da el carácter
necesario para perdurar.







Charles Bernstein
El artificio de la absorción
Traducción: Mayra Luna y Heriberto Yepez
Bisturí 10, 2022

viernes, junio 07, 2024

Siete haikus de Luis Téllez Tejeda

Maíz, lentejas
Al llenar los costales
Suenan a lluvia.





Manta en la acera
Con viejas herramientas
Y un GI Joe.





Humo picante
Entre pencas de maguey
La barbacoa.





Crema Nivea
Una gorrita del PRI
En las chácharas.





Hongos de lluvia
Los acoyotes nuevos
Manjar de campo.





Con mil colores
Son charcos de plástico
Las palanganas.





De chía y limón
Hielo en los vitroleros
Las aguas frescas.





Luiz Téllez Tejeda a.k.a. Pávido Návido
Haikus del tianguis
Pitzilein Books, 2023

martes, mayo 28, 2024

Tres poemas de Pablo Koss

Hoy recordé una heladería
Peatonal, oscura y vieja
Vasos verde azulejo de baño, el rosa fluo que dice
Helado
No hay un solo recuerdo que me abandone
La fuente de inoxidable
Cucharitas de colores censuran los gustos
Ojalá supiera leer
Había espejos en los que nunca me encontré
Se fueron por el mismo resumidero
que tragó la ubicación exacta
de la heladería
Hay baños de chocolate
Hay patios pequeños en una casa que lo contiene todo
Tengo la edad para saber que es un
mostrador de mármol y sobre él
mi vieja pasa el helado
Rezuma el resumidero
Aguas
Todo es un poco negro cuando te quiero encontrar
Hay peatonales que crecen y desaparecen
Heladerías
Algo se derrite y mi viejo siempre trae servilletas
Algo se pega
Otro cono que cruje en el recuerdo
Otro límite que no se extraña en la habitación
Otro día que pasaba sin extrañar esa heladería







Un churrinche que vuela en un día nublado
Un truco de magia de mi viejo
Mi vieja y la sopa de avena
El desierto de Atacama iluminado por la luna
Mi abuela cantando "... todo todo se olvida"
El primer gato que me adoptó parado afuera de la ventana
Enterrar las formas de una abuela que todavía se puede abrazar
Cuando me levanté y me sentí en paz
Las tardes con discos en la casa
Las tardes con bandas en la casa
La máquina de escribir
El primer colectivo de la pandemia
Un pasillo que tiene un espejo
Un hombre parado dentro de un archivo
Un hombre que mira las moscas
Una mosca que se descompone en el banco
Llamen una ambulancia, sus amigas la socorren
Le muestran los fundamentos del vuelo
La zamarrean, la protegen, la reaniman
En este archivo sólo se repiten momentos felices







El tiempo está detenido, lo agarraron robando
Pide perdón, el mostrador del chino dice que ese señor roba conservas
Reza, reza, el cartel muestra el tiempo y su botín
El frasco de los deseos
Dice que lo consuman preferentemente antes de
Vencer ¿Eso quise decir?
Qué caro coctel, todos cuadraditos
Supuestamente es pera
Quizá sea piña
Mucho durazno, una cereza
El líquido saturado de azúcar y restos
Todo sabe igual cuando se guarda en latas
Deseos conservados
Fruta guardada







Pablo Koss
Poemas inéditos cedidos por el autor para Nueva Provenza

martes, mayo 21, 2024

Cinco poemas de Alejandra Arreola


¿dónde nos van a sentar hoy?
dijo el señor palero
en la feria de la cultura y el libro
luego, le propinó a su nieta:
anda, súbete hija
recítales algo
y ese fue el mejor poema que escuchamos
durante el flaco y pobre programa
de la capital mundial del libro







como los pepenadores
que cuelgan pedaceras de cosas
en carritos del supermercado
cadenas
pañuelos rotos
partes de un peluche
un día, sentado en tu silla de ruedas
sereno, dijiste: mira
ese insecto tiene un rombo rojo en la espalda
el insecto era minúsculo
y yo no sabía ver
a ti te gustaba coleccionar baratijas
bajo tu cama encontramos
jarritos, juguetes, silbatos
que anudabas en cordeles
y cosías, por dentro del saco
mi madre y yo te inspeccionábamos antes de salir
para arrancarte todo eso
así como te arrancamos
tantas otras cosas
estabas hecho todo un coleccionista: un performer
de la pedacera conservo
una mini muñeca tarahumara
que me mira con su pañuelito en la cabeza
y un anillo muy gastado y muy opaco
que podría ser de plata
a mí también me encantan las cosas de segunda
y las miniaturas
anoche anudé con hilo dental
un botón de concha de nácar a un anillo de plástico
avanza el día y me parece
tan coleccionable







la madre de Allen Ginsberg era distinta
la madre de Allen ingresó
al neuropsiquiátrico
cuando él tenía doce años
yo tenía dieciocho
cuando llevamos a mi padre al psiquiátrico
el día del secuestro del sentido
del lenguaje
mamá papá poeta
idilio, en la naturaleza
desde entonces hablo sin sentido
para desterrar algo
sin esconderme
y voy al tuntún
treinta y ocho años
de paso tuntún







conservo el ticket del día
que comimos pastel de miel
poesía y crema dulce
en las tripas
a Francis Grasso
dj de música soul
se le atribuye
la sincronización del ritmo
en las tornamesas
capas de libros:
componen la biblioteca
capas de discos: la discoteca
capas de estupidez
y capas de crueldad
en la pista de baile
capas de placer
al señalar al otre y denigrarle
las juventudes hitlerianas se unen
a la revolución del desencanto
pero hace días
comimos pastel de miel
te vi bailar desnuda y comprendí
el sentido de la estética
la sincronización del ritmo
antepasado, antefuturo
y bailamos música
elegida por nosotras







            sin poesía: piden las máqui-
            nas de voz pregrabada: y pon
            atención, todo lo que hacen es
            político, manifiesto, selfie, ma-
            nifiesto, se tiran un pedo: acto
            político, espacios políticos para
            sujetos políticos, las máquinas
            de voz pregrabada tienen princi-
            pios, te señalan y se autoprocla-
            man insurrectas, expiden grasa
            requemada: manifiesto, selfie,
            manifiesto

por eso el demonio es mejor
él no hace llamamientos,
camina libre, sensual
y caído en la tierra: goza







Alejandra Arreola
pegamento y solvente
Pitzilein Books, 2024

martes, mayo 14, 2024

Seis poemas de Gertrude Stein


Un perro

Un monito va como un burrito esto significa que quiere decir que significa que cuanto más se va más suspira. Déjalo. Un monito se va como un burrito.





Una sombrilla montada

Cuál fue o no el propósito de dejarla ahí donde se podía colgar cuál fue el propósito si ahí no había posibilidad incluso de verla llegar ahí y comprobar que era linda y la manera en la que se hacía notar era la correcta. La lección consiste en aprender que sí se nota, que se nota y que nada ahí es nada, que ahí no hay más que hacer al respecto y justo ahí hay mucha razón para establecer una mutua relación.





Sombreros coloreados

Los sombreros coloreados son necesarios para mostrar que los rizos se llevan con una suma de espacios vacíos, esto hace la diferencia entre líneas sencillas y los estómagos prominentes, el elemento menor está iluminado, el menor elemento quiere decir una pequeña flor y un gran retraso un gran retraso que crea más enfermeras que niñas pequeñitas en serio niñas muy pequeñitas. Una luz es tan limpia que casi todo muestra perlas y  caminitos. Un sombrero largo es alto y soy yo y toda la familia.





Verdura

Qué es cortar. Qué es cortarse por eso. Qué es hacer un corte de eso.

Fue un berro una medialuna una cruz y un grito desigual, era una pendiente cuesta arriba radiante y sensata con pequeños dentritos y roja.

Noticias, noticias capaces de causar regocijos, cortado en zapatos, probablemente debajo de un corazón calizo que combina todo esto.





Cocoa y caldo y naranjas y avena

Sopa de duelo, supón que es pregunta, supón que es mantequilla, es real, es tan real, únicamente descarga, nada más una descarga y cuándo no.

Ay no, cuándo no, desde cuándo no, ah no desde cuándo no, ay no desde cuándo no ay no cuándo desde cuándo, ah no desde cuándo, ay no desde cuándo no, oh no, ay no desde cuándo, cuándo no, ay cuándo no, ay cuándo no.





Un plato

Una ocasión para un plato, un recurso ocasional está en comprar y en qué tan pronto se habilita lavar una selección de lo mismo pero más prolijo. Si la fiesta es pequeña se pide una canción jocosa.

Platos y  un juego de porcelana pintada. Empacarlos juntos con una cinta y es suficiente con eso para proteger el centro, causan un apuro y se acumulan mejor mientras se enfrían, recolectan más temblor y ni siquiera ningún temblor, hacen de todo para ser una iglesia.

Un tamaño triste un tamaño que no es triste es azul como cualquier tono de azul es precoz. Un tipo de verde un conjunto verde y nada plano nada lo suficientemente plano y más redondo, curiosamente un color particular, nada que rompa la pérdida de ninguna pieza pequeña.

Una espléndida dirección una dirección verdaderamente espléndida no se muestra con mostrar libremente a una flor, no se muestra con una marca ni al mojar.

Corta corta la blanca, corta la blanca al último. Córtala más que cualquiera y muéstrala. Muéstrala por el tallo y al inicio y en la noche está llegando la complicación.

Una lámpara no es el único indicio de vidrio. La lámpara y el pastel no son los únicos indicios de una piedra. La lámpara y el pastel y el betún no son por completo la única necesidad.

Un plan un enérgico plan, una enfermedad bajo presión sin café, sin tarjeta o un cambio para predisponer a cada forma, un plan que tenga tal exceso y tal rompimiento es lo único que muestra empacho.




Gertrude Stein
Botones tiernos
Traducción: Lorena Huitrón Vázquez
Aquelarre Ediciones, 2024

domingo, abril 28, 2024

Cinco poemas de Reina María Rodríguez

Tango Wow

Ellas bailan en medio del salón
descalzas:
una se reclina hacia atrás,
se abandona,
y las lámparas crepitan.
Los convidados se mezclan con los músicos
(es una boda cara).
Me entero por el gesto
curveado
o por la música que imagino
que están bailando un tango:
el salón es el más blanco del Yale Club, en NY,
es noviembre del 2001
(otro dulce noviembre como en la película),
pero desafortunadamente
no somos tú ni yo.





Segunda boda

Me casé con el pelo mojado
un 3 de septiembre de 1982,
y en la notaría me reía,
mientras lo notaria advertía
que aquello: «era muy serio».
Pero yo no dejaba de reírme,
y él compró tres girasoles
como mi pelo amarillo
–mojados también–,
y caminamos por Mercaderes
arriba, abajo... arriba, abajo.
Lloviznaba con el sol afuera,
y esas, dicen,
«son las nupcias de la hija del diablo».
Hacía sólo quince días
que lo había conocido,
y no pude resistir la tentación:
«de aquel azul que aún busca su ojo,
su inocencia».
Me casé y me descasé
con la misma sonrisa,
y con la misma frase de una notaria
regañándome,
seis años después.





Prado y Ánimas

Detrás de la V rota del cristal,
ella «humisquea»
con unos lentes grandísimos.
Vuelve a mirar por segunda vez.
Al fin, se decide
y entra.
¿Cuánto vale un café? —pregunta.
Retira los ojos de cuarzo,
pero no se va.
Agachada todo cuanto su cuerpo puede,
le envía con la palma de la mano
un beso al dependiente.
Él la invita a pasar.
Ella, que «no» con la cabeza,
pero que «sí» con el pie,
por fin entra al establecimiento.
El dependiente le paga un café,
y la V se recompone
contra el vidrio.





Gitana en la cuesta

Tropecé con una gitana
con un ramo de romero entre sus manos,
ensortijadas.
Quería leerme la buena suerte (o la terrible)
que vendrá.
Quería engañarme más,
¡si eso fuera posible!
Fue difícil convencerla
de que era más pobre que ella,
y de que mi suerte
no tenía remedio ya.
Sus perros me olfateaban
para comprobar si mentía,
y luego se alejaron
convencidos de que no tenía
un destino ni un céntimo.





Fotos para un documental

«Todas íbamos a ser reinas»,
a navegar por cuartos antiguos
con mármol rosado
en las columnas.
A ponernos batas de seda
que se arrastran
hasta el piso alfombrado.
Íbamos a comer caviar
con forma de maripositas,
pero no nos dejaron (y a ellas tampoco).
Nos trastocamos en lo que no queríamos ser,
y hemos perdido en la apuesta,
la vergüenza.

Me abanico en la portada
de un almanaque vulgar,
esperando la máscara contra el rostro
de esa mujercita bronceada o pálida
que nos tocó representar.
Cuando a penas no nos dejaron
sobrevivir por bárbaras:
cuelga las prendas de la desesperación
de ese final que se acerca sigiloso
por una tendedera expuesta a todos
¡como final al fin!
Otros llevarán sobre sí la condena
de nuestros cuerpos,
mustios.

Cuando cansada de este lugar
que suponíamos nuestro,
solamente pudimos ser lo que pudimos:
medianamente vivas,
medianamente muertas
sobre el falso paso del viento
otoñal.





Reina María Rodríguez
Las fotos de la señora Loss
Padilla Libros Editores y Libreros, 2019

domingo, abril 21, 2024

Cinco poemas de Denise Levertov

Un gorrión gris se dirige al oído de la mente

En japonés
la lengua del ojo
de la mente
un bisílabo
alude al
borde de la lluvia
aferrado al alero
y las verdigrises
frondas del
perejil salvaje.





Averiguación

Usted que puntual
sale a matar, ¿sabe usted
que hay ojos observándole,
ojos a los que usted quemó los párpados
que ven cómo se come usted un filete
y compra carne de mujeres jóvenes,
revende lo logrado en el economato militar
y se queda dormido?
No tiene muchos años,
aquella cuyos ojos
le conocen.
Le sobrevivirá.
Vio cómo
sus cinco hijos pequeños
morían retorciéndose;
en esa hora
se puso a observarle,
ella la de los ojos abiertos para siempre.





Hablándole al dolor

Ah, dolor, no debiera darte el trato
de un perro vagabundo
que llega hasta la puerta trasera por si logra
un trozo de pan duro, un hueso mondo.
Debería confiar en ti.

Debería halagarte y conseguir
que pasaras adentro y ofrecerte
un rincón propio,
con una vieja alfombra para echarte
y tu propia escudilla.

Te piensas que no sé que llevas tiempo
instalado en mi porche.
Quieres que quede listo tu sitio genuino
antes de que sea invierno. Necesitas
tu nombre, tu collar, la chapa
de identificación. Y necesitas
el derecho a espantar a los intrusos,
a quedarte en mi casa y
sentirla como propia,
a mí como algo tuyo
y a ti
como mi propio perro.





La antífona

L'Esprit souffle dans le silence
la où les mots n'ont plus de voix.
Anónimo

Y entonces otra vez
se vuelven elocuentes—la lluvia que gotea
de las ramas, las losas de la acera
desiguales sin más, los brotes que arrancara la tormenta
brillando en rojo intenso,
el silbador moteado, indiferente
y algo desaliñado—todo ello
halla su voz: la bendición empapa
el suelo y las semillas que duermen en invierno.





Pacto roto

Un rostro se hace viejo mucho antes que una mente.

Y muslos, brazos, pechos
adoptan una pose como de indiferencia.
Hartos del corazón que anheló tanto, prefieren olvidarse
de todas sus promesas anteriores.

Mas mente y corazón prosiguen
su plática animada,
discuten, se intercambian epifanías diversas,
a veces se les va toda la noche
en lamentos y antífonas.

Rostro y cuerpo les han tomado el pelo,

comparten soledad
sin saber bien qué hacer.





Denise Levertov
Antología poética
Traducción: Cristina Gámez Fernández y Bernd Dietz

domingo, abril 14, 2024

Dos poemas de Roberto Cruz Arzabal

La inminencia de un dios

No pintes el cuerpo,
pinta lo que el cuerpo mueve,
la mano del hombre que sostiene un mundo,
una rama a sus espaldas,
un brote de naturaleza muerta, un bodegón sonoro.

No pintes el cuerpo,
pinta su respiración,
su alveolo comprimido,
pinta la fuerza del aire en la burbuja,
lo que se ve también se oye
el choque del aire
contra el aire
ritual
     molecular.

Lo molar es otra cosa (un cuerpo ajeno).

No pintes las manos
ni la ropa desgarrada, burbuja de interior,
traza la nervadura,
traza la cauda del jabón, su golpe circular.

La inminencia de un dios en su quietud.

[Jean-Siméon Chardin, Les Bulles de savon]





Piensa Don Draper mientras lee a Frank O'Hara

a Irene Artigas

No soy nunca lo que pienso, lo que escribo
o lo que firmo, soy, acaso,
y si se me permite,
un instante en el recuento.

–No hace falta un verbo
que exista o que frecuente
para inventar o definir lo que hago,
como no existe nombre para lo que me hace;
no existe, ni debiera, ni siquiera si se piensa,
un verbo acertado para ser en la palabra
invención, o claustrofobia en un vaso de tormenta.–

Una nube me rodea, un vaso en posavasos y las cosas
que caen bajo su propio peso
–llamarse como amantes en un vaso–
y siguen cayendo entre el sonido de los hielos

sí, siempre, una vuelta
de tuerca a la nostalgia,
sí, siempre,
un motivo que revuelva, sí,
siempre, una idea que firma
y me construye, sí,
siempre,

siempre en disminución, no tan graciosos,
no sólo más oscuros, no solamente grises,
el cielo es un whisky entre las piedras
o una estación entre las ruinas.

Nunca soy lo que pienso, lo que escribo o lo que vendo,
soy, acaso, una anunciación, un milagro de la espera,
puedo ser, también, a veces, una firma, que te piensa

ecce homo el patriarcado
que rueda por las escaleras
o que flota en la piscina
al iniciar la proyección
–cuánto melodrama en nuestras vidas–

a veces, lo sé, soy yo mismo entre la lluvia.
A veces soy un alto río que
se mira en un espejo irregular.

El campo es gris
y también café y blanco por sus árboles,
pero el buzón es rojo e infinito
y traga en su panza de metal

–¿he dicho panza,
existe algo
más vulgar que los nombres de las cosas?–

el deseo de una generación perdida entre la guerra
y la opulencia. El crecimiento
no fue tal sino la pátina
en el anuncio espectacular
de nuestras vidas
–orgasmos fingidos para creer en ellos–.

Nunca soy lo que pienso, lo que amo o lo que vendo,
soy, acaso, un nombre robado en el vagón del tren,
soy, también, 
una creación circunstancial,
un aparato para volver al lugar en que no fuimos
amados, ni seremos nunca lo que somos:
el mundo no se detiene en nuestra ausencia
(no hay que tomarlo personal)

–la guerra nos circunda y circuncida,
la guerra es más hermosa que la Victoria de Samotracia
es más hermosa incluso que una campaña
de guerra
o de publicidad–

espero
que el drama de mi personalidad
luzca de nuevo hermoso,
interesante y, además, moderno,
que sea mi madre en un burdel
con tipografía clásica, moderna o modernista
y un deseo de diseño;

espero que mi nombre lo sea todo
porque yo no soy sino mi nombre
robado a un extranjero

y un vaso de licor en medio de las náuseas matutinas;
si lo pienso bien, en medio de la nieve que no llega
o a la mitad de la caída, quizá
no soy un nombre

sino una colección de escapatorias,
una mujer rubia que espera en casa
a que descienda un ángel,
o una letra al final de la escritura
a tinta y pulso firme
–también mi padre, un hombre que escribía con mayúsculas–
o un modo del mercurio, una hora pegajosa
o un nombre en la memoria:
quizá pueda ser yo de nueva cuenta.

[Mad Men T02E01, "For Those Who Think Young"]





Roberto Cruz Arrabal
Hasta que el musgo
Universidad Veracruzana, 2023

domingo, abril 07, 2024

Cuatro poetas palestinas


Oculto

Si pones un helecho
debajo de una piedra
al otro día será
casi invisible
como si la piedra
lo hubiera tragado.
Si escondes el nombre querido
bajo tu lengua
por demasiado tiempo
sin pronunciarlo
se convierte en sangre
suspiro
el pequeño aliento halado al aire
oculto dondequiera
en el fondo de tus palabras.
Nadie ve
el combustible que te alimenta.

(Naomi Shihab Nye. Traducción: Hermann Bellinghausen)







En busca de la medianoche

Él besó mis labios a la medianoche
Yo lo permití
Él me quitó la blusa
Yo lo permití
Él me quitó el sostén
y tocó mis senos
Yo lo permití
Él me quitó los pantalones
Yo lo permití
Me quitó mis prendas íntimas
y me miró, de pie
en este cuarto extraño, oscuro
blanco y negro
Yo lo permití
Una pequeña luz se desvaneció
en la ventana
vi brevemente
la ciudad donde vivimos,
pero no conocemos...

Luego él se equivoca
al pronunciar mi nombre
y yo lo detengo...
Le pregunto si alguna vez
ha sido exiliado o encarcelado
si alguna vez ha enviado
cartas a una mujer antes
amada pero que jamás
habrá de ver otra vez
si piensa que se puede regresar
a un amante aun si
el amor ya no fuera posible
una segunda vez,
le pregunto si acaso
había asaltado una pequeña tienda de víveres
o robado el pan de un campesino,
o si acaso había cruzado
los mares, costas y montañas
aun incapaz
de llegar.

(Nathalie Handal. Traducción: Germán Villamizar y Beverly Pérez Rego)







Polvo

El final
de mi largo camino
hasta donde yo llegue,
de cualquier destino,
es el premio de los años,
no el de llegar.

¿Por qué me apresuro?
¿Qué quiero en mi viaje
por esos desiertos
como una sombra fugitiva?

Mis pies consumidos por las rocas,
las olas del viento que siguen dando vueltas
y vueltas conmigo
mientras yo sigo a través de este vacío
de esta soledad.
Polvo, polvo
delante y detrás de mí; a mi alrededor, polvo.
Corro y corro; y en mis manos
sólo la ilusión, nada.

Cansada, cansada.
El final
de mi largo camino,
de cualquier destino,
es el premio de los años,
y aunque mi camino se alargue,
no es el de llegar.

(Fadwa Tuqán. Traducción: Manuel Jiménez Lucena)







Las tonalidades de la ira

Permítanme hablar en mi lengua árabe
antes de que también ocupen mi lenguaje.
Permítanme hablar en mi lengua materna
antes de que también colonicen su memoria.
Soy una mujer árabe de color
y nosotras venimos en todas las tonalidades de la ira.
Todo lo que mi abuelo siempre quiso hacer
fue levantarse y observar a mi
abuela postrarse y rezar
en una aldea escondida entre Jaffa y Haifa.

Mi madre nació bajo un árbol de olivo
en un suelo que, dicen, ya no es mío;
pero yo cruzaré sus barreras, sus checkpoints,
sus locos muros de apartheid y volveré a mi hogar.

Soy una mujer árabe de color
y nosotras venimos en todas las tonalidades de la ira.
¿Escucharon gritar a mi hermana ayer,
mientras paría en un checkpoint
con soldados israelíes buscando entre sus piernas
la próxima amenaza demográfica?
¿Y escucharon gritar a alguien
"¡estamos retornando a Palestina!"
detrás de las rejas de la prisión,
mientras le tiraban gas lacrimógeno en la celda?
Soy una mujer árabe de color
y nosotras venimos en todas las tonalidades de la ira.

Pero me dices que esta mujer que hay dentro de mí
sólo te traerá tu próximo terrorista:
barbudo, armado, pañuelo en la cabeza, negrata.
¿Tú me dices que mando a mis hijos a morir?
Pero esos son tus helicópteros,
tus F-16 en nuestro cielo.

Y hablemos un segundo de este asunto del terrorismo...
¿No fue la CIA la que mató a Allende y a Lumumba?
¿Y quién entrenó a Osama primero?
Mis abuelos no corrían en círculos, como payasos,
con capas y capuchas blancas en la cabeza
linchando negros.

Soy una mujer árabe de color
y nosotras venimos en todas las tonalidades de la ira.
"¿Quién es esa mujer morena gritando en la manifestación?"
Perdón. ¿Debería no gritar?
¿Olvidé ser todos tus sueños orientalistas?
El genio de la botella,
bailarina de la danza del vientre,
chica de un harén,
voz suave,
mujer árabe.
Sí, amo.
No, amo.
Gracias por los sándwiches de manteca de maní
que nos tiras desde tus F-16, amo.

Sí, mis libertadores están aquí para matar a mis hijos
y llamarlos "daño colateral".

Soy una mujer árabe de color
y nosotras venimos en todas las tonalidades de la ira.
Así que déjame decirte que esta mujer que hay dentro de mí
sólo te traerá tu próxima rebelde.
Ella tendrá una piedra en una mano y una bandera palestina en la otra.
Soy una mujer árabe de color...
ten cuidado, ten cuidado,
de mi ira.

(Rafeef Ziadah. Traducción: Nora Scaron)







Poesía palestina
VV. AA.
Alcaldía de Caracas/Fondo Editorial Fundarte, 2015
Lee el libro completo aquí.

jueves, marzo 28, 2024

Cuatro poemas de Raciel Quirino


Real de Catorce

180 beats por minuto
merodearon entre los mezquites.

Ritmos fosforescentes
corretearon gallinas y burros,

en pleno rush
se encendieron cada vez más
a medida que avanzaba la noche.

Fosfenos entre nopales y polvo
movieron la cabecita en trance.

Yo buscaba en vano la revelación de mi ser.

Apretaba los ojos con desesperación
tratando de concentrarme,

mientras ellos me murmuraban al oído:

pum tsss pum tsss pum tsss pum tsss
pum tsss pum tsss pum tsss pum tsss





Crítica

Después de Pedro Páramo, nadie es el mismo. Unos profundos, otros beligerantes, otros melancólicos, Juan Rulfo los transforma a todos. Hay quienes después de "Luvina" se manifiestan en grupo, rodeando a ocasionales lectores con chillidos coléricos. Unos aparecen de noche, a baja altura, y tienen la forma clásica lenticular y resplandeciente. Algunos se manifiestan con citas y largas letanías de memoria --a estos se debe que se erijan santuarios y se hagan procesiones a los lugares donde se tuvo un encuentro cercano--. De los más minuciosos existen registros menos nítidos, más pixelados, con encuadres titubeantes.

A medida que profundizo en el estudio del fenómeno, me convenzo cada vez más que es muy probable que al mismo Rulfo le diera por inventar algunos y se divirtiera mirando cómo nos enloquecen. Chirriantes y suspensos por horas en la lejanía, esas criaturas de Dios desconciertan apareciendo a mitad de los caminos y en las conversaciones mas intrascendentes. A menudo se los ve pasar persiguiendo jaurías de perros por los camellones. Hay temporadas en que la gente reporta avistamientos más insólitos. Se trata de esos que por años la gente ha llamado "el misterio" o simplemente "brujas", pero, ahora sabemos, sólo son rencores vivos, juguetones, como esos instantes en que Rulfo se quedaba en silencio más de la cuenta.




Nike1

En sus inicios
la hermandad Heaven's Gate
se llamaba Iglesia Célibe
para Erotómanos Anónimos.

Vestimenta, corte de pelo,
porciones de comida,
se procuraba que todo
fuera exactamente igual
en la comunidad.2

La naturaleza, sin embargo,
no respeta uniformidad y equilibrio,
por eso propusieron la castración.
Pero al final se decidieron por algo más efectivo:
el suicidio en masa.

El objetivo era alcanzar
la nave nodriza que viajaba
en la cauda del cometa Hale-Bopp.

39 Puertas del Cielo calzadas con 39 pares
de tenis nuevos Nike Decade3,
negro con blanco, fueron halladas
muertas en Rancho Santa Fe, California,
el 26 de marzo de 1997.

________________________________
1
Les contaré de un reino más allá...
Si quieren ir, deben seguirme,
porque yo soy quien tiene la llave
por el momento.

2
Yo creo que nuestro líder es el Jesucristo del siglo XX.
Muchos creen que tiene desórdenes mentales.
Bueno, muchos pensaron que Jesús tenía problemas mentales.
No creo que nuestro líder tenga más problemas mentales
que los que haya tenido Jesús.

3
Los tenis que escogió nuestro líder para
abandonar el planeta son súper cómodos.





Problema lógico1

Al partido México vs. Alemania en Rusia 2018, asistieron 20 mil mexicanos. Cada mexicano o bien no lloró o bien lloró al cantar "Cielito lindo". Se dan los datos:

a) Al menos uno de los mexicanos no lloró al cantar "Cielito lindo".

b) Dado cualquier par de mexicanos, al menos uno de los dos lloró al cantar "Cielito lindo".

¿Puede determinarse partiendo de estos dos datos cuántos mexicanos no lloraron y cuántos lloraron al cantar "Cielito lindo"?

________________________________
1
Even where horrible green parrots call and swing.
W.B. Yeats





Raciel Quirino
Ovnis mexicanos
Liliputienses, 2023.

jueves, marzo 21, 2024

Siete poemas de un encuentro de haijines


Hoja de plátano.
Un verde más brillante
el de la oruga.

(Alejandro Sánchez Vigil)





En claro cielo
tuna de xoconostle
enrojeciendo.

(Rosa Maqueda)





La jacaranda:
surimi morado
bajo su copa.

(María Elena Solórzano)





En la laguna
¿Qué brilla más la luna
o el cisne quieto?

(Elías Dávila Silva)





Llenas de tierra
Salen las zanahorias
Para ensalada

(Marco Antonio Miramón Vilchis)





grillo en la sala
hoy te devuelvo al frío
en una taza

(Jesús Campos Salgado)





Vago murmullo
sobre las hojas secas:
las gotas de agua.

(Alicia Cuevas)





Antología de haijines. Viento que florece
Coordinadores: Ivonne Murillo, Ezequiel Maldonado y Fernando Martínez
Universidad Autónoma Metropolitana, col. Bajel de Letras, 2020

jueves, marzo 14, 2024

Siete postales de Leandro Llull


Sobre la Rambla

Baja la vista,
se concentra en el café:
sabe que la luz sigue ahí,
brillante y feliz,
aunque no la mire.





Les Nabis

No fueron escuela ni movimiento. Tampoco generación. Pintaron como niños cuando se les da en la clase la felicidad del tema libre.





The mist

En la base del Vesubio nos dicen que en la cima no se ve nada, pero ya estamos aquí y subimos. A los pocos metros, la blancura lo borra todo. No hay paisaje, solo nuestros pasos en la grava. Agua, vapor y viento; todavía escucho mis pies entre las nubes.





Lo supuesto

En la tarde oscura y húmeda de León, sorprendimos a un pavo real junto a los patos. Ni abrió su cola ni agitó las alas, lo único que hizo fue quedarse parado sobre el travesaño de la cerca. No necesitó mostrar los mil ojos del plumaje: le bastó con estar ahí, sabiendo que nosotros conocíamos su hermosura y no deseábamos conquistarla.





Rachmaninov

Desde los asientos que pudimos pagar no se veía a los músicos. Estábamos justo arriba del escenario, en una especie de balcón, y la obra subía hasta nosotros como un perfume. Su humo atravesaba las fibras de nuestra imaginación.





Juventud

Hay un punto en el que nos damos cuenta de que, cuanto más grandes somos, más nuevos nos volvemos. No solo en retrospectiva cronológica, sino en evolución de espíritu. Mientras estamos cerca del nacimiento, más herencia que rechazar. En cambio, el hueco de la muerte nos obliga al despojo y al olvido. Es ante el borde negro que la propia lengua aparece, sus balbuceos amnésicos de toda gramática. Todo canto joven es fruto del añejamiento de su boca.





La gratitud infinita

En el jardín del museo Thyssen hay una bandera con un cuadro de Magritte. Son dos de sus famosos hombres con bombín. Están de espaldas y caminan suspendidos en el aire. Mientras conversan, andan livianos, como recordándonos que las palabras nos despegan de la tierra.





Leandro Llull
Otra luz
Bardos, 2023

jueves, marzo 07, 2024

Siete poetas chinos


Casa Refugio Citlaltépetl

Las sillas de plástico de color naranja
más llamativas que el jugo de zanahoria
y dispersas junto a la fuente redonda

Grupos de clientes jóvenes
sentados en las pulidas mesas de piedra
y bajo dos corpulentos árboles de hule

En la casa viven dos poetas de edad mediana
uno viene de Irán y otro de Siria
dos países de un mismo sufrimiento

Las hojas alargadas rozan sus claras ventanas
ambos están bajando de la habitación
y las meseras del patio no los conocen

(Cai Tianxin. Traducción: Sun Xintang)







Discúlpame por no desearte feliz Año Nuevo

discúlpame por no desearte feliz Año Nuevo
porque estoy triste
espero que tengas un feliz Año Nuevo
porque no estoy feliz
por favor, no me consueles
porque ya que me has dado consuelo
en la sombra de la Muerte
mamá sonríe como cuando vivía
necesito tiempo para sentarme
sin tristeza ni alegría
recordar la vida entera de mi madre
mi vista cae sobre la ropa de mamá
ella se sacudió del amor mundano
sin tristeza ni alegría
los buenos deseos son como ropa usada
ningún deseo nuevo
sería más cordial que mi madre
el amor --esa infinidad de tristeza y alegría--
en este momento está pegado sobre mi rostro

(Zhou Sese. Traducción: Sun Xintang)







Hija ante el espejo

Mi hija se quita su ropa de niños
y se pone mi pijama rosa pálido
imitándome ante el espejo.
Y yo con complejos sentimientos recibo
un sueño que llega a mi sueño. Sólo que
no puedo probarme su vestido, tampoco
sé entrar en sus sueños.
Ella acaba de llorar, y ahora
lágrima aún en ojos, complacida en sí misma
sin que le importe
el gran hueco que queda entre su pequeño cuerpo
y la ancha ropa.

(Liu Chang. Traducción: Sun Xintang)







De las hojas caídas una es mi papá

Viento y lluvia
Fueron los últimos días de papá después de que le diagnosticaron
el cáncer
Ay
Viento y lluvia

Yo corría hacia el Hospital de Tórax de Shanghai
en camino cubierto de hojas caídas por el viento y la lluvia

Y hoy día
de las hojas caídas en el suelo
una es mi papá

(Qin Fei. Traducción: Sun Xintang)







Soy nieve

Soy nieve
traducida al agua por el sol
Soy agua
traduzco la semilla a la planta
Soy planta
traduzco la flor al fruto
Soy fruto
traducido a la vida por los padres
Soy vida
traducida a la muerte por la vejez
Soy muerte
traducida a la nieve por el invierno
Soy nieve
traducida al agua por el sol

(Yan Li. Traducción: Sun Xintang y Radina Dimitrova)







Desesperación

Por la noche, al círculo de amigos
envía un poema desesperado
Uno tras otro nosotros lo elogiamos
alabamos la profundidad con la que ha plasmado la desesperación
y él se pasa toda la noche vigilando la pantalla del móvil
para ver desesperado si nosotros lo elogiamos

(Shen Haobo. Traducción: Tyra Diez e Isolda Morillo)







Regreso

Caer lágrimas al ver el nombre de un lugar
es cosa de la edad mediana
Antes yo andaba por muchas partes
al encuentro de los sueños
Y estos años he cometido errores
He perdido el rosado de la flor de melocotón
y lo blanco del algodón

Ahora azoradamente estoy buscando un camino de regreso
Temiendo que, si tardo mucho, llueva en este nombre
Temiendo perder el rojo del sorgo y el amarillo del trigo
Así como a los seres queridos que hacia mí andan en el campo

(Jian Rufeng. Traducción: Sun Xintang y Yang Hong)







Un mínimo destello en el mar del atardecer. Poetas chinos en América Latina
Compilación: Sun Xintang
Traducción: Varios autores
Universidad Autónoma de Nuevo León, 2019

miércoles, febrero 28, 2024

Un poema de Valeria Román Marroquín

Multitudes

cuando las multitudes llegaron
                     llegaron alzando una arenga al sol
                                  anunciándose primeros
de aquella realidad dura y caótica
                     una herida que asoma y crece
                     a tajo abierto
         y con bochorno y empaño
                                  en la faringe se atoraba
                     ese lenguaje estéril
                     de las ciencias sociales y las ciencias políticas
                     hoy disciplinas del fracaso
cuando las multitudes llegaron
         había que poner el ojo hacia las calles porque este ruido
         no es el ruido
                     desordenado del exceso de producción y comercio
sino la bulla de la multitud sin distinción evidente y sin embargo
                     mil colores flameando acompañaban a las multitudes
cuando llegaron
         galopes a 90 km/h         pura sangre
                     los camiones de carga transportan a velocidad
                                       perfecta
         las esperanzas de las multitudes y sus hijos
                     hombres y mujeres de carne constituida
         y labor atlas columna vertebral nuestras horas
                     de ocio y alimento
                     a dar la masa por la masa contra la masa
y cuando llegaron
         un único ritmo desde las arterias profundas del territorio
                     infranacional                         para algunos
         aplanando el terreno hacia la jornada histórica que necesita
                     nuestra época                    aplanando esta ruta rústica
         de tierra irregular desigual     para algunos
                     poros abiertos puro sudor baja y rebaja
         y esta destreza adquirida para la movilización
                     es la de la carrera a campo abierto

cuando las multitudes llegaron
         temblaron las carreteras y temblaron los peajes y temblaron
         los distritos de la capital moderna con mayor porcentaje de derroche
         y temblaron los oligopolios y temblaron los gerentes y temblaron
         y temblaron y temblaron y temblaban sus cabezas de un lado a otro
         pensando cómo aferrarse a sus posesiones y temblaron al son
         de los carnavales que venían silbando agudas las multitudes
cuando llegaron
         tembló la universidad pública y los decanos de las facultades se encontraron
                     sorprendidos por el objeto de su producción presentándose
         en los pasillos a hacerse de un coloquio propio a nombrarse suyo
         pero dijeron aquí no hay espacio para ustedes
                     mostrando sus espaldas recubiertas
                                 del color plomo roedor
                     de un terno cuidadosamente planchado
cuando llegaron las multitudes
         la universidad pública dejó de ser la universidad pública y pasó a ser
                     la universidad del pueblo           tomada por las multitudes
cuando llegaron
         se dictaron seminarios en horas teóricas y prácticas igualmente
                     divididas confundidas unas con otras
                                 hasta que el aula salga por fin al campo

nuestra materia hoy:
                                              el pueblo
LA PALABRA "PUEBLO"                   no hay vergüenza en pronunciarla
                     sílaba por sílaba                PORQUE ES HERMOSA
                                 porque cubre grandísima toda la totalidad
                     todos los instantes todas las contradicciones
                     una máxima palabra con toda palabra contenida
                     palabras aplastadas unas contra otras ajustándose en el espacio
                                 donde las palabras empiezan a obrar
                                 y concluimos que el pueblo es una masa de palabras
cuando llegaron las multitudes
         las prioridades de los presupuestos cambiaron y jamás hubiese
         sentido que llegaban los millones de nuestra riqueza nacional
                     hasta que el gas pimienta me reventó la cara
         y los muchachos perdían el ojo
                     a plena luz del día
                     con nuevas municiones del primer mundo
         que nos miraba con pena y solo miraba atento
                                                              pobrecitos
cuando llegaron las multitudes
         se televisó su llegada y les llamaron bestias brutos animales cholos
                     ignorantes comunistas indios llamas perros criminales
         delincuentes terroristas bárbaros violentos incivilizados vándalos vulgo
                     qué se han creído para venir hasta aquí
         y aun así nada pudo detener a las multitudes
cuando llegaron
         ni el ejército ni la policía nacional ni el serenazgo ni nuevas legislaciones
         ni intervenciones congresales ni un nuevo gabinete ni un nuevo cambio
         cómodo del dólar ni un mensaje a la nación ni las contramarchas ni el dinero
         de la empresa privada ni el hambre ni el cansancio ni los golpes de calor
                                       ni los callos ni las hernias ni el suelo
cuando llegaron las multitudes
         de una sola lata de atún se alimentaron centenas y de una sola bolsa de menudencia
         siguieron millones y se hizo caldo para resistir el trayecto de la caminata
         y sus accidentes y sus ofensas y esa sopa y su huevo hervido y su papa cocida
                     se hicieron ilegales por las nuevas disposiciones de vigilancia
                                       que nos traía el régimen
cuando llegaron las multitudes
         en la clandestinidad compartíamos café de sobre y galleta de soda
cuando llegaron las multitudes
         el pueblo alimentó al pueblo y llegaron javas de papaya y kilos de camote y toneladas
                     de lentejas y galones de aceite y pura agua sellada por el plástico
cuando llegaron las multitudes
         hablaron quechua y no les entendieron
         hablaron aymara y no les entendieron
         vino la fiscalía y no les entendieron
         vinieron los abogados y no les entendieron
         vinieron los intérpretes y no les entendieron
         hablaron español y no les entendieron
         pararon los mercados y no les entendieron
         tomaron la planta de gas y no les entendieron
         tocaron los sikuris y no les entendieron
         se pronunció el gobierno regional y no les entendieron
         se instalaron mesas de diálogo y no les entendieron
         llegó la misión internacional y no les entendieron
cuando llegaron las multitudes
         el entendimiento de nuestros gobernantes autoproclamados
                     se desvanecía en la neblina de las lacrimógenas
cuando llegaron las multitudes
         el comité político ideológico no supo qué hacer
                     con los planes que se hicieron este año
                     para la inscripción de sus tribunos hacia las curules
         y no supieron qué hacer
cuando se bloquearon las rutas de movilización que ya conocíamos
         más aún nadie quiso levantar sus arengas
cuando llegaron las multitudes
         los poemas de las multitudes se hicieron populares populosos
         y los poetas se arrojaron con júbilo a la épica de las protestas
                     y sin embargo un poema no basta digo
         así como la memoria colectiva tiene sus agujeros sus reveses sus bajos
                     sus borraduras la violencia bruta hacia
         los huesos de nuestros iguales y la voluntad de seguir
                     avanzando hasta más allá de lo que
         se nos permite pensar
                     no se sirve de nuestras metáforas curadas
cuando llegaron las multitudes
         este poema se escribió y tampoco fue suficiente
                     y en nuestro fracaso habría que seguir escribiendo
                             para fracasar nuevamente
         una y otra vez                         golpe contra golpe
                     capturando el porvenir
         hasta que nuestro fracaso sea la canción de las multitudes
cuando llegaron
         le dije a mis compañeros soy una mujer de fe y optimismo mientras
                                       nos caían macanas una y otra vez
                     golpe contra golpe
         sin metáfora de por medio
cuando llegaron las multitudes
         el centro comercial seguía funcionando y nos preguntamos
                     cuál será el límite si cada día se rompe el límite
y cuánto tiempo más aguantaremos                   si seguimos aguantando
         sin metáfora de por medio
cuando llegaron las multitudes
         les dije a mis compañeros encontraremos tiempos mejores
                     los días donde la tierra y su producto sean nuestros
días de sol radiante estallando contra nuestras frentes
         yerba fresca donde tumbarse panza arriba
                     observar sin prisa
                           un calor distinto
         tiempos que vamos a escribir
todos los peruanos sin distinción aparente
         TODAS LAS MULTITUDES
REUNIDAS EN UNA SOLA MULTITUD
                     APLASTADAS UNAS CONTRA OTRAS
una masa aspirante pensante muscular viva

                     ahora me doy cuenta

ESE TIEMPO ES HOY
las multitudes están aquí







Valeria Román Marroquín
Multitudes
Taller Editorial La Balanza, 2023

miércoles, febrero 21, 2024

Cinco poemas de Martín Rangel


anoche soñé que me convertía en un murciélago
después trepaba al batimóvil y salía a combatir a los poemas
ellos me atacaban con su mejor artillería:

piramidalfunestamente sacaban mis ojos
sus frentes armadas de medias lunas y
sus chopos de agua a presión
sitiaban mi epidermis
hasta casi acabar conmigo

después desperté
bajé a la cocina
tomé cereal con la cara inexpresiva
y me quedé viendo la pared durante aprox 1 hora







estoy sentado junto a ti mientras produces chillstep en una aplicación para ipad y usas calcetas de hello kitty y tu codo izquierdo está sobre tu rodilla izquierda y tu mano izquierda sostiene tu frente y tu cabello cubre tu cara casi por completo

quiero caminar el centro de todas las ciudades contigo
quiero beber café y oír a mariah carey cantando villancicos en
todos los cafés del mundo contigo
escucharte producir chillstep a mi lado
hasta morir hipnotizados
quiero destruir el mundo y volver a crearlo contigo
por todas la calles de nuestro nuevo mundo sonaría tu chillstep
la gente bailaría todo el tiempo
la gente caminaría todo el tiempo como bailando
haría falta una nueva palabra para eso
la inventaríamos también
'bailinando'
tal vez
hasta que llegara mariah carey con sus villancicos a arruinarlo todo
ni aun destruyendo el mundo y volviéndolo a crear
podríamos evitar la navidad
ni a mariah carey cantando por todos lados
igual no importaría
porque estaríamos juntos
el resto del año
en todas las calles
de todos los centros
de todas las ciudades del mundo
bailando al ritmo de tu chillstep
hasta morir hipnotizados







dime si te sientes avergonzada o no de mi aparente inexistencia
estar en un sitio hacer
las veces de mueble las veces
que sean necesarias
hacer las veces de bulto
personaje película de culto
por favor ya no tienes 87 años
dime todas las cosas color rojo que recuerdes
el próximo 5 de noviembre no es viernes
te pregunto si crees en los mensajes del cielo
el día que nos juntamos a tomar café
en el cielo había luna hiena
y los rayos quebraban la noche
pero la noche enseguida se volvía a ensamblar
porque es la noche y las noches hacen cosas
de noches
espaciotemporalmente bebíamos café
y mientras hablabas de arte
comenzó a llover
la quietud inquietante
el acto performativo como
manifestación de la resistencia
no inventes no inviertas tu tiempo en responder
hay cosas que es mejor no conocer
vivir desafinadamente
en todo caso quién soy yo
para juzgarlos
crucificaremos peores cosas
evitando
en la medida de lo posible
cualquier tipo de contacto sexual
errores ligados a una incapacidad
de sentir arrepentimiento
de sentir
pasado el tiempo
aburrimiento
si puedes pronunciar pregabalina
eso sólo significa que la sustancia no ha
surtido efecto
si puedes escribir un poema y al
terminarlo eres capaz de leerlo todavía
entonces no ha
surtido efecto







"el tiempo pasa más lento cuando no puedes dormir" confirmó la ciencia

y nunca terminamos de mirar al sol marcharse
y nunca estuvimos muriendo todo se trataba de un performance
cerramos los ojos y pudimos ver flores pero no pudimos olerlas
recuerdo un rastro interminable de sudor y glitter
y música que sonaba muy fuerte       ser solamente
cuerpo       recuerdo que atravesé el espejo y no había nada
del otro lado de las cosas       no te pierdes de mucho
cosas comunes como el insomnio o los eclipses
o fracturas en el pecho o diagnósticos médicos poco alentadores
o el miedo al insomnio
                                     (que a veces es peor)
de todas las cosas que he ido olvidando con el tiempo
cómo vivir es la que más echo de menos
pero seguro que alguien ya subió
un tutorial en youtube al respecto
que difícilmente me enseñará a vivir
pero seguro me entretendrá el insomnio







XII

haz una lista de todos los milagros que conoces
y cuenta esta noche por favor
un mezcal después todas las cosas son posibles
habla de la lluvia y del
refugio imposible que inventamos
para poder seguir
habla de la pregabalina la cerveza y todos
los favores que le hicimos a la oscuridad
armada de dulces
desapareciste bajo la ciudad
y su tormentosa sed
de ser nube vuelve
el aire sobre mi pecho es más dulce te lo juro
las gotas no pueden rozarte así
no en verdad no quiero un dulce
nada hace la diferencia si no cargas tu cartera jajaj
al final sólo se trataba de ser real ¿no?
hacer lo que te gusta y no pedir nada a cambio
¿dónde estás? yo te haría toda la noche sin embargo
los relojes y las camas vacías
el hielo vuelto agua y el recuerdo
al fondo de todos
los vasos vacíos







Martín Rangel
Emoji (deluxe). Poesía reunida (2015-2021)
Libros Malviaje, 2023