martes, agosto 14, 2018

Tres poemas de Malú Urriola


Hey, malú, asume la vida de gato
que te toca saltar de techo en techo
porque ni siquiera un poco de sol
los hará volver
porque no nacimos para dar
pero tampoco para recibir
hay que asumir el costo
te estás chalando
nada te llena
y el hastío te agarra de espaldas
por eso le seguimos el juego
a los imbéciles
y corremos en esta carrera de equinos
de mala sangre
cuando el poeta canta su bar cecil
y Dios le guiña un ojo
y por el otro le cae un goterón de tinto
de aburrido tinto.
Hey, malú, nace una estrella
nadie quiere el nobel
pero se mueren de sólo pensarlo
los poetas se odian
toman juntos pero se odian
a quién le importa
que se maten
que se tengan pica hasta la muerte
total, de todas maneras
no tenemos quien nos abrace
porque los gatos se retiran de noche
quién sabe dónde.
Hay que asumir, pendeja
que estás sola
que te bailas un rock
para quitarte las ganas -tú sabes de qué-
porque de tanto perraje patriarcal trompeteado
estás hasta la tusa
y ellos siguen tirándose a partir
prejuiciados
amablemente discrepantes
hey, malú una raja, qué te importa
si ni siquiera encuentras algo que te importe
por eso callas y luego ríes
porque nadie te llena el hoyo,
ni el vino
ni los machitos
ni mirar sus traseros sin forma
no te queda más que caminar borracha
y llegar borracha a tu home
piedrita mendiga.







Todas estas mujeres salen cubiertas de pieles de la Ópera, yo escucho a Jessie Norman semidesnuda, bebiendo un poco, leyendo a James Baldwin, y escribiendo estas cosas que todavía no sé qué son, ni para lo que pueden servir, salvo para otros que están como yo aburridos, sin hacer más que leer o arrojarse en una butaca a ver un buen film, no intento conmover a nadie, la jubilosa masa de gente recorre el centro, y sus ropas cambian de color bajo los innumerables letreros, yo descanso de ellos en este apartamento, sin ninguna compañía. Desde la ventana los veo caminar enmudecidos por el tráfico y la música de clubes nocturnos, un par de muchachos cantan un viejo bolero a la entrada, una fina lluvia comienza a caer. Este es mi futuro, mi tremenda soledad.

En sus adaptadas caras, los años pasan sin perdón, es mi fastidio lo que los mantiene vivos, si no los viera felices, cuando el tiempo se invierte, pensaría que la vida ha sucumbido, por suerte ha pasado la hora, mientras la lluvia cae más gruesa, la calle ha quedado sola, cojo del frasco un par de pastillas y me echo a dormir.







no sé cuándo me perdí, cambié el rumbo de esta vida, sigo a unas cuantas palabras como una esclava, como una vagabunda arrastro mis mugres, dejo que sus cadenas me rompan los tobillos, que desaten sobre este cuerpo su furia, y aguanto indigna como soy los golpes de la vida, abajo la vida duele, en las afueras de Santiago da de patadas, no sabes el peso que tienen las palabras, por eso no me mientas, no fui hecha para las luces de la escena, quién te dijo que amaba la escritura, en estas páginas reside todo mi mal, y todo mi mal radica en haber escogido vivir de las palabras, no me importa que pienses que caigo, que pierdo el equilibrio, que me derrumbo, porque no me derrumbo, ni pierdo el equilibrio, me desmorono, cada vez que escribo me desmorono, como una estocada que no se alcanza a sentir de tan certero el golpe, sólo aparece la sangre, la sangre es la señal de la herida, porque aunque te diga que he olvidado, no olvido, recuerdo los golpes de una vida miserable, golpes que sonaban secos en la carne de mi madre, por eso los ojos son cuchillos, llevo cuchillos porque el cuerpo es frágil.







Malú Urriola
Las estrellas de Chile para ti
Cuarto Propio, 2015.

martes, agosto 07, 2018

desierto espacio de vocablos blancos


leo poesía
            a algunos nos gusta

he sido estremecido a veces          por ella
he sido desconcertado hastiado engañado también

            lo más extraño es que exista

pero esta vez hablo solo           con el silencio
    donde aguarda
o con el hueco que queda           cuando no está

volvamos al principio          sólo por un momento

            para preguntar

dónde sucedió sucederá la poesía




*




las palabras

¿una herramienta (humana) para atravesar la soledad?

bajo su heredada vibración ellas mismas no son
distintas a la punta
del cincel o el peso del mazo que busca hacer visible
la figura que está dormida en una piedra

la palabra

bajo su vibración tal vez es invocada la minuciosa
historia de una forma
que no es otra cosa que la minuciosa
historia de una voz
que no es otra cosa que la minuciosa historia
de una fuerza




*





            callar para oír al dios

en este espacio desierto

encriptado de signos


            dice mallarmé que el mal
            es pretender razonar
            la belleza

            dice valéry que no
            habla el hombre habla el lenguaje
            consigo mismo

            dice eliot que restaura
            cada poema al poema
            original (lo intenta)

            dice pound que poesía
            es sólo colmar a las palabras
            de significado

            dice olson que hay un proyectil
            en el ritmo de la voz y aquella fuerza
                 aquella forma irrumpe
            en la página del pensamiento

            dice paz que todo es escritura
            y el sol del instante
            nos revela que algo nos transcribe

            dice valente que el silencio
            es el fin y el origen
            de lo decible

no sé

posiblemente

lo esencial            si existe

es evidente

posiblemente

aprender es desprenderse

            callar para oír al dios




*




hay poetas con la boca cerrada

sin duda

la poesía no habla

o es lo que le pasa al habla cuando deja de ser habla

porque no dice

más

el que más habla

y ella podría ser sólo la tentativa de nombrar

lo que hay que nombrar

y callar

lo que hay que callar




*




o el
tesón
por una nota
una sola donde sea posible escuchar
la sumergida música del mundo

la
cacería
del color inaparente
de lo que está frente a los ojos

el deseo
de dar con la cima
de un instante (súbito cenital predestinado)
que logre despeñar
el instinto sucesivo del tiempo

            --porque tal vez dios está oculto




*




posiblemente no exista la poesía
                                                     qué remedio

y la música
no puede estar en una sola nota
porque es la audible totalidad del mar
de lo sonoro

y lo que sólo han visto unos ojos
puede no ser verdadero

y aquel instante cenital es sólo el deseo
de abolir la duración

(pero la utopía es el lugar que no existe
por eso existe la utopía)




*




vertebrales o desvanecidas voces
tras la realidad esa sombra           esa runa
escrita en una piedra que desaparece si insitimos
en sujetarla desierto espacio de vocablos blancos
desde otro lugar           a punto de llamarnos
     desde otro lugar
en el margen inarticulable de la primitiva nieve

mas cuando baja la claridad           son voces son
voces sin cuerpo sin edad           sedimentado
en las áureas arenas del oído

cita posible con lo imposible

cita en la que sin embargo
la única condición
es que cada uno ha de llegar solo




*




escribo en el tiempo lo que el tiempo escribe en mí





Jorge Fernández Granados
Lo innumerable
Era, 2018.