miércoles, octubre 28, 2015

La octava elegía


Dedicada a Rudolf Kassner

Toda en sus ojos, mira la criatura
lo abierto. Sólo nuestros ojos
están como invertidos y a manera de cepos
alrededor de su mirada libre.
Todo lo que está fuera de nosotros
lo conocemos sólo por la fisonomía
del animal, porque, aún muy tierno, al niño
lo desviamos y obligamos
a contemplar retrospectivamente
el mundo de las formas, no lo abierto
-que en la faz de la bestia es tan profundo. Libre
de muerte-. Sólo muerte
vemos nosotros; pero
el animal, libre, tiene siempre
su término tras él,
y, ante él, a Dios, y, cuando avanza, avanza
en la Eternidad, como los surtidores.
     Pero nosotros nunca
-ni un solo día-
tenemos el espacio puro ante nuestros ojos
-donde las flores infinitamente
se abren. Siempre en el mundo
y jamás todo aquello
que no está en ningún lado y que nada limita;
lo puro y sin custodia
que se respira en todo, que uno sabe infinito
y que no se codicia. Allá, en la infancia,
se pierde uno en silencio,
en ello y queda en ello conmovido.
Otro -tal otro- muere, y así es.
Pues cerca de la muerte ya no se ve la muerte,
y se mira adelante, con fijeza,
quizá con una enorme mirada de animal.
Los amantes, si el otro no ocultase
la infalible mirada,
están ya casi allí, casi, y se asombran.
Sí, se les abre, como por descuido,
detrás del otro... Pero al otro nadie
consigue superarlo,
y de nuevo se quedan en el mundo.
Por siempre vueltos creación,
sólo vemos en ella los reflejos
de lo que es libre, oscurecido
por nosotros. O, a veces,
ocurre que los ojos, mudos, de un animal
nos transverberan
con mirada inmutable.
A esto se le llama Destino: a estar enfrente
-y nada más que esto- y siempre enfrente.

Si el animal tuviera una conciencia
semejante a la nuestra,
-el seguro animal que se acerca a nosotros
en dirección contraria-,
su paso firme nos arrastraría.
Pues para el animal su ser es infinito,
sin límites
y sin mirada sobre su existir -puro, como
su mirada tendida hacia delante.
Y allí donde nosotros sólo vemos
un futuro,
él lo ve en todo y se ve en todo, a salvo
para siempre. Y, no obstante,
en la bestia, avizor y caliente, gravita
el peso y la inquietud de una enorme y pesada
melancolía.
Porque a ella le agobia siempre lo que a nosotros
nos subyuga a las veces: el recuerdo
-como si ya una vez, eso, a lo que se aspira,
hubiera estado próximo, más fiel
y dándonos en ese nuevo apego
su infinita dulzura.
Aquí todo es distancia,
hálito allí. Después de aquel hogar
primero, este segundo lo parece
ambiguo y a merced de los vientos. ¡Oh dicha
de la pequeña
criatura, que prosigue en el regazo
que la trajo a su fin;
oh dicha del insecto, que brinca en su interior,
siempre, incluso en el trance de sus bodas!
El regazo lo es todo.
Y observa
la semicertidumbre
del pájaro
que, por su origen, casi conoce entrambas cosas
como si fuera el alma de un etrusco,
evadida de un muerto, que recibió el espacio
pero con su figura yacente como lápida.
Mas
¡qué turbación la del que tiene
que volar -al salir del regazo!
¡Cómo asustado de sí mismo,
rasga en zigzag el aire, cual resquebrajadura
en una taza!
Así la huella
del murciélago raya
la fina procelana de la tarde.

     ¡Y nosotros
meros espectadores
en todo el tiempo, en todos los lugares,
vueltos siempre hacia todo y nunca más allá!
El mundo nos agobia.
Lo organizamos. Pero
se derrumba en añicos.
Lo organizamos otra vez y, entonces,
nosotros mismos
caemos rotos en menudas trizas.

¿Quién nos conformó así,
que hagamos lo que hagamos,
tenemos siempre la actitud
de quien se va?
Como el que sobre la última colina,
desde donde divisa todo el valle,
una vez más, se vuelve, se detiene y rezaga,
así vivimos-
despidiéndonos siempre.



Rainer Maria Rilke
Elegías de Duino
Versión: Juan Rulfo
Sexto Piso, 2015.

miércoles, octubre 14, 2015

Tres poemas de H.D.

6

Respiro los áloes, la acacia
de tus sentidos, roja espiga del trópico,
las madreselvas, la corriente de pétalos índigo

de tu recuerdo,
y en tu promesse d'illes,
no hubo quizá

un lugar como éste,
el cual mediante una antítesis,
puede compartir la gran abundancia;

tu interacción fosforescente
de peces arcoiris o lunares dorados
me seduce a la ensenada de algas

de mi propia promesse,
a una roca desolada como ésta
de sólo pequeños cangrejos,

y una red de cangrejos;
espliego - ¿coriandro?
no, son margaritas de manzanilla

que oprimo al extenderme;
¿fragancia de goma arábiga?
no, eran cuentas de ámbar

sobre la corteza del cerezo
y la corteza pegajosa del pino
y la corteza de sasafrás que masticamos

y algo de linaria polvorienta
(dragón salvaje)
en un callejón caluroso;

estos no se hallan aquí,
pero aprecio mis tesoros,
ahora que descubro

cómo difieren de los tuyos;
nos encontramos en la antítesis;
basta el silencio para cuidar el uno del otro.

(De El huerto de la Academia)




5

Sin tu Padre, sin tu Padre -
¿qué significa eso? mi padre está hablando al jardinero

o al hombre que barre los papeles - "sí, son bonitos, mamá,
los venados" - ¿quiere decir animales? ¿corre Él, también

con sus pequeñas patas como ése, brinca Él
y se para (ahora) como el más grande con cuernos,

derecho contra el alambre?, está mirando;
quisiera haber conservado ese medio bollo,

no haberlo despedazado para los pelícanos - ¿pájaros también?
quisiera sentir su lengua en mi mano;

ese niño tiene miedo - "déjame ayudar" - "morderá" -
"no puedes llegar?" - "Oh sí, oh sí, puedo,

nos está viendo" - "párate en la caja del cuidador
está ocupado hablando" - "pero, pero, tómalo tú,

es tu pedazo de bollo" - "sin temor, eres bienvenida, señorita -
pero tu papá ha venido" - ¿mi padre? ¿mi padre?

pero este venado es mi padre - "una niña curiosa,
es mi culpa, señor" - "ahora bájate" -

"sí, sí, ya voy" - pero estoy en otro lado,
él besó mi mano, estamos en algún lado en el bosque...

Nunca agradecí al niño, era también Dios...

(De Sagesse)




12

Cada hueso duele con el frío,
pero me agradó venir,
me agradó venir aquí contigo;

con mi vieja capa y botas de caza,
sentí rejuvenecer al zambullirnos en la corriente,
dejando ese odioso palacio

y los trofeos y los cuentos tediosos,
dichos una y otra vez en los banquetes interminables;
estaba esperando algo,

sin saber qué,
hasta que irrumpiste,
con tu pelo y barba enmarañados,

tu gabán de marinero rayado de sal
y la vieja mirada secreta, taimada, furtiva, intrépida,
que me recordaba - y recordé,

cómo acariciabas mi pecho, y el momento
de plenitud fue roto por una voz,
Helena, vuelve a casa, y volví;

Esperaba saber más, esperaba la consumación,
pero dijeron, "él se ha ido,
sólo esperaba su Nave".

(De Amor invernal)




H.D.
Definición hermética
Traducción: Ana Rosa González Matute
Libros Magenta, 2015.

miércoles, octubre 07, 2015

Brazuca remix 14 (fragmentos)


dj ifá
papo de caparazones espaciales rotando en amplitud



[...]




la gente va a posar en atrapacanes y jugo de azo
en atrapacanes y jugo de truta
en atrapacanes y jugo de chacina



[...]




la gente va a posar en atrapacanes y jugo de azo
en atrapacanes y jugo de truta
en atrapacanes y jugo de chacina

sabe no vuelvo más a granfofoca



[...]




se llama de josé polvito jota pe
se llama de cocidoenmuslosdeloira ce eme ele
se llama de pegarcaronaenlatragedia pe ce te
se llama de pie de oso pe o
ge ce gado craniano de cadena
a ese ce apodrece sin corona
ene pe eme a no pise más aquí
ve pe efe va a pegar fuego



[...]





por qué no puede me entender
está batiendo las calzadas
reparando las nubes
y se vuelve lata el vuelvelata
sólido encaré y le dije de tal su vagabunda
su venado su ningunopresta
va solo
voy a batirlo
su macaco su macaco viciado
su atrapaperros
su quiteblanco
va aprender a me obedecer su podre
va solo a la cadena



[...]



pueblo desimportante
pueblo carozo
pueblo soneca






[...]




dj paraisópolis
mente zulú



[...]




para que mis inimigos tengan varios mano
y no me toquen
para que mis inimigos paguen sapo
y no me compren
para que mis inimigos tengan pie de plomo
y no me alcancen
para que los gambés tengan grampos
y no me escuchen
para que los muslitos me tengan encuadrado
y no me vean
y ni siquiera puedan tener el pensamiento
de dañarme





Sergio Ernesto Ríos
Brazuca remix 14
Palacio de la Fatalidad, 2015.