Veo que ya eres maestro otra vez. El 10 de noviembre resultó un fiasco, nos tomaron por sorpresa. Y ese "nosotros" es el mismo "nosotros" de estos poemas: tan opuesto al "ellos" y quizá tan opuesto al "tú", en tanto que colectivizar la subjetividad implica inmediatamente portones atrancados, barricadas, autodefinición vía el antagonismo etc. Si no estuviste ahí simplemente no lo entenderás. Pero en fin, meses después, o antes, ya no recuerdo, me senté a escribir un ensayo sobre Rimbaud. Fui a oír una charla a la Marx House y me quedé atónito porque la gente sólo puede hablar empleando los mismos mitos: que si Verlaine etc, que si era un huevón bueno para nada etc, que si el tráfico de armas etc, que si el colonialismo etc. Poco menos sobre el último punto. Como si nada hubiera que decir sobre lo que está presente en la obra de Rimbaud (o la poesía de vanguardia, en general) que no pueda ser leído en correspondencia con las convulsiones objetivas de todo momento revolucionario. De qué manera aquello que experimentábamos podía, me preguntaba, ser delineado de forma tal que nosotros mismos pudiéramos reconocernos ahí. La forma sería monstruosa. Eso está en la Estética de la resistencia, en alguna parte. O sea, obviamente despotricar contra el gobierno, vía un ladrillo por la ventana, está lejos de ser suficiente. Me puse a pensar que la razón por la que el movimiento estudiantil fracasó tuvo que ver directamente con los pinches slogans. Eran espantosos. Flojos como poemas. Es cierto, yo también fui a leer poemas a las ocupaciones estudiantiles y, francamente, me la hubiera pasado mejor bebiendo. Me sentía como un imbécil parado ahí, después de que otro hablara sobre qué hacer si te asaltan, y cosas por el estilo, pararse ahí y leer poesía. No puedo engañarme. No me hago ilusiones pensando que mi poesía de alguna manera había "pasado la prueba", sólo porque les gustó a algunos. Tú lo sabes bien, al alcanzar un entendimiento de la política, nuestro odio se hizo más intenso, empezamos a luchar guiados por un frío repudio homicida, y pocas veces pudimos encontrar esa sensación articulada en el arte, en la literatura. Ese es Peter Weiss de nuevo. Me preguntaba, somos capaces, de alguna manera, somos capaces de escribir un poema que (1) identifique el preciso momento en la presente coyuntura, (2) nombre la tarea específica del momento, i.e. un poema que nos haga capaces de nombrar ese momento decisivo y (3) ejerza su fuerza hasta el punto como si hubiéramos condensado y encarnado el análisis concreto de la situación concreta. No me refiero al poema como pensamiento mágico, nada de eso, sino como análisis y como claridad. No he visto a nadie hacer eso. Pero, aún así, es imposible comprender plenamente la obra de Rimbaud, y sobre todo Une Saison en Enfer, si no has estudiado y entendido cabalmente la totalidad de El capital de Marx. Y es por esta razón que ningún poeta que escriba en inglés ha entendido jamás a Rimbaud. La poesía es estúpida pero, de nuevo, la estupidez no es la ausencia de capacidad intelectual sino la cicatriz de su mutilación. Rimbaud fraguó su programa poético en mayo de 1871, una semana antes de que los miembros de la Comuna de París fueran masacrados. Él quería estar ahí, lo dijo muchas veces. En su "largo y sistemático desarreglo de los sentidos", su "Yo es un otro", está hablando de la destrucción de la subjetividad burguesa, ¿no? Eso es claro, ¿no? Así es como plantea a la imaginación poética, esa es su noción de lo que constituye la labor poética. Obviamente puedes leer esto como una mera receta para excesos personales, pero sólo desde la perspectiva de la realidad policiaca. Como, acabo de tomar anfetaminas, fumar mota, y ahora me voy a tomar una pepsi, pero no es por eso que escribo esto, y no se trata de eso. El "sistemático desarreglo de los sentidos" son los sentidos sociales, ok, y el "Yo es un otro", como en la transformación del individuo en colectividad, cuando todo da inicio. Es sólo en el mundo de habla inglesa, donde lo único que sabemos es cómo matar, donde tienes que señalar chingaderas tan simples como esas. En la lengua enemiga es necesario mentir & ver cómo el lenguaje es probablemente el principal de los sentidos sociales, eso debe ser desorganizado. Pero cómo lo logramos sin convertirnos en uno de esos incompetentes poetas conceptuales que andan de calenturientos con sus estudiantes. Tú sabes qué y quién. Para la mayoría de las personas, incluida la clase trabajadora, los trabajadores y estudiantes politizados son simplemente incomprensibles. Acuérdate de esto cuando hables del nauseabundo lenguaje vanguardista. O esto: la simple anti-comunicación tomada hoy del Dadaísmo, a manos de los más reaccionarios defensores de las farsas que han sido establecidas, carece de valor en una época en que la tarea más urgente es crear una comunicación nueva, en todos los niveles de práctica, desde la más simple a la más compleja. O esto: en las luchas de liberación, los pueblos que fueron relegados al reino de la imaginación, víctimas de terrores indescriptibles, pero felices de entregarse a sueños alucinantes, son lanzados al desorden, re-forma, y entre sangre y lágrimas dan luz a las cuestiones más reales y urgentes. Es simple, el ser social determina al contenido, el contenido desarregla la forma etc. Lee los últimos poemas de Rimbaud. Son vehementemente alucinatorios, tan frágiles, el sonido de la mente cuando no puede más y está en proceso de desintegración, el sonido del retorno al business-as-usual tras la intensa insurrección, el sonido del yo colectivo al ser empujado de regreso hacia su individualidad, el sonido de quien se ha congelado hasta morir. Hielo polar, es de todo lo que él habla. OK, ya sé, eso sólo nos lleva de vuelta al romanticismo del fracaso, y al poète maudit, ese conformismo más bien jodido. En todo caso, está lejos de ser nuestra coyuntura. Nunca hemos tomado el control de una ciudad. Pero, no sé, todavía podemos entender el pensamiento poético, tal como yo, y como tú, espero, nos dedicamos a esa tarea: como algo que se desplaza en sentido contrario a la anti-comunicación burguesa. Como todo eso. La totalidad de lo dicho. Podemos conversar con ideas que han sido borradas de la versión oficial. Si te resulta incomprensible, bueno, lee lo anterior. Piensa en una época donde no sólo es, digamos, imposible la revolución, sino incluso pensar en la revolución. Pienso específicamente en occidente, claro. Pero recuerda que la mayor parte de la poesía es la mímesis de aquello que un reaccionario percibirá como incomprensible, en vez de un diálogo con eso. Ahí la frase fue más allá del contenido, aquí el contenido va más allá de la frase. No sé, me gustaría escribir una poesía que acelere una continuidad dialéctica en la discontinuidad & que torne visible entonces todo lo que el realismo policiaco condena a la invisibilidad, donde el yo lírico, sí, esa cosa, pueda ser (1) un interruptor y (2) un colectivo, donde el habla directa y la incompresibilidad son sólo posibles como la síntesis que curve a las ideas por adentro y por afuera de los límites del insurreccionismo y el ilegalismo. El único riesgo evidente sería que las ideas desaparecidas broten "muertas", o reanimadas como zombis: terroristas como utopistas dañados para quienes todos los elementos, incluso aquellos eclipsados por el pensamiento burgués, continúan siendo absolutamente dominados por esa misma burguesía. Sé que esto poco tiene que ver con la "poesía", hasta donde esa palabra ha sido entendida, pero bueno, ni yo lo logro, no de esa manera. Mira, no creas que te estoy mintiendo. Así están las cosas. A mí se me acabó la "vida normal" hace unos veinte años. Desde entonces he permanecido encerrado en esta ciudad ridícula, me he mantenido al margen, inmerso por completo en mi trabajo. A cada pregunta he respondido con silencio. He mantenido un perfil bajo, tal como hay que hacer en posiciones contra-legales como la mía. Pero hoy, los millonarios lanzan su ataque sorpresa. Todo asciende a la superficie. Ya no me siento como yo mismo. Estoy hecho pedazos. Apenas puedo respirar. Mi cuerpo se ha convertido en algo distinto, se ha fugado a su dimensión más diminuta, diseminada hasta ser nada. Pero después de eso, respiró profundo, por fin pudo hacerlo, había llegado al otro lado, pudo observar sus funciones indeterminadas al interior de la totalidad. ¿No? Eso no es Rimbaud es Brecht, pero tú me entiendes. Como cuando el 24 de noviembre, estábamos afuera de la estación Charing Cross, recargados contra la pared etc. cuando de la nada unos 300 adolescentes pasaron corriendo frente a nosotros irrumpiendo por Strand, todos gritaban: "DE QUIÉN SON LAS CALLES SON NUESTRAS". Aquello nos hizo reír a carajadas. Sólo un maldito policía sería incapaz de responder.
Sean Bonney
Letters Against the FirmamentEnitharmon Press, 2015.
Traducción: Hugo García Manríquez
Versión inédita cedida por el traductor para Nueva Provenza
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