viernes, junio 14, 2013

Tres poemas de Carolina Rack


Cuando gana Independiente llevan chorizos al bar,
pagan la ronda a los hinchas,
hay uno al que le dicen panqueque, es del club que gana,
no se merece el chorizo, pero se le da,
ayuda en los festejos, lo gastan, eh, vos, panqueque.
Lo contaba mi tío en alemán,
la palabra panqueque resonaba
el sonido del charango en el medio de la estepa rusa:
kafjaskdfhskadfjkas PANQUEQUE dfasfjksafksañfdjkaseuiaewui



Du bist net schön

Cómo pueden unos pies bailenteros
trasladar por toda la pista
a esa boca dura
de labios apretados
de dónde salen esos pies
se preguntan algunos
yo sé:
salen del calor ruso alemán
ensayado en los zaguanes
bailando entre mujeres
con la prima o la vecina más grande
para ir al baile
la Madre sólo permite ir al baile acompañada de Irma
que es más grande y no la deja volver sola,
no la deja hacer huellas en la calle de tierra
con sus taquitos chupete
ni mezclarlas con los pasos de un hombre.
La Madre descansa imaginando
una vuelta de chicas que caminan
con los brazos entrelazados
como parejas
van de cuatro o cinco,
con tapados y lanas,
algunas usan medias de nylon,
cuidadas por Irma
riendo nada más, algo excitadas
todavía por el baile y la humedad
del galpón.
No sabe que
para ponerle coraje a la helada
hay que bailar en ronda y copita de licor
apretar los cuerpos un poco
los ojos entrecerrados para bajar las luces.
De todo eso sale
el calor ruso alemán
que se comunica con pies y caderas
suelta el recuerdo, agitada en el pasado
y la boca todavía muy quieta
de señora grande,
como debe ser
(hacia donde las lleva la ronda del baile
van las chicas
se mueven rápido
bailan entre ellas,
pasean escotes
estraples, minis,
algunas corean
las canciones en alemán,
suben el volumen de su sonrisa
con la cumbia,
ellas sonríen
las chicas serias pasaron de moda).




La remera animal print
todavía marca una cintura
célebre. Sus ojos giran
mira sin parar en todas direcciones
quiere saber qué pasa
los pies van guiados por la multitud
llevan el compás,
pero una zona de su cuerpo,
tal vez los hombros,
parte de la espalda
se mantiene indiferente
al ritmo. Esa es una marca
de familia: la rectitud
y además
el nudo que explica
por qué la polca está más cerca
de una guitarra punk
que de la cumbia colombiana.




Carolina Rack
Rubios naturales
Ediciones Vox, 2012.

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