viernes, julio 21, 2023

Tres poemas de Mario Montalbetti

Cuando los dioses tenían cabezas de animales

Cuando los dioses tenían cabezas de animales
todo era más fácil.

Un dios con cabeza de chancho:
uno podía entendérselas con eso;

uno podía vivir en los grandes espacios
que se abrían al lado del chiquero.

Luego se hicieron humanos y habitaron
entre nosotros. Y no supimos quiénes eran.

Andan, ahora, dicen, adentro, en nuestras almas,
donde nada es claro.

¡Ah! Dios,

a que no te haces hombre otra vez

y nos vemos a las 6 en la huaca

sin lenguaje

sólo con un cuchillo en la mano
y terminamos esto de una buena vez.





Notas sobre el tercer vodka

I

Gira el colibrí negro en torno a un níspero
emitiendo un chirrido ininteligible.
Yo creo poder adivinar lo que dice.
Dice, digo: es un níspero.

Comparado con el colibrí, yo estoy inmóvil.

Cruzo las piernas y anoto en mi libreta
algo igualmente ininteligible. El colibrí,
girando, cree poder adivinar lo que escribo:
escribo, dice: es un cienpiés.


II

Barcos cargueros en medio de la calma.

Comparativamente yo estoy inmóvil.


III

el colibrí es un inútil de escritorio





Matema
(para Mica)

Tengo la sensación de haberte visto en una vida anterior.

Yo estaba sentado en una habitación vacía
y pensé: debe haber una vida después de la muerte.

O eras una liebre corriendo sobre un campo nevado.





Mario Montalbetti
El cuatro está solo
Tusquets, 2023

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