lunes, mayo 06, 2024

Cinco poemas de Denise Levertov

Un gorrión gris se dirige al oído de la mente

En japonés
la lengua del ojo
de la mente
un bisílabo
alude al
borde de la lluvia
aferrado al alero
y las verdigrises
frondas del
perejil salvaje.





Averiguación

Usted que puntual
sale a matar, ¿sabe usted
que hay ojos observándole,
ojos a los que usted quemó los párpados
que ven cómo se come usted un filete
y compra carne de mujeres jóvenes,
revende lo logrado en el economato militar
y se queda dormido?
No tiene muchos años,
aquella cuyos ojos
le conocen.
Le sobrevivirá.
Vio cómo
sus cinco hijos pequeños
morían retorciéndose;
en esa hora
se puso a observarle,
ella la de los ojos abiertos para siempre.





Hablándole al dolor

Ah, dolor, no debiera darte el trato
de un perro vagabundo
que llega hasta la puerta trasera por si logra
un trozo de pan duro, un hueso mondo.
Debería confiar en ti.

Debería halagarte y conseguir
que pasaras adentro y ofrecerte
un rincón propio,
con una vieja alfombra para echarte
y tu propia escudilla.

Te piensas que no sé que llevas tiempo
instalado en mi porche.
Quieres que quede listo tu sitio genuino
antes de que sea invierno. Necesitas
tu nombre, tu collar, la chapa
de identificación. Y necesitas
el derecho a espantar a los intrusos,
a quedarte en mi casa y
sentirla como propia,
a mí como algo tuyo
y a ti
como mi propio perro.





La antífona

L'Esprit souffle dans le silence
la où les mots n'ont plus de voix.
Anónimo

Y entonces otra vez
se vuelven elocuentes—la lluvia que gotea
de las ramas, las losas de la acera
desiguales sin más, los brotes que arrancara la tormenta
brillando en rojo intenso,
el silbador moteado, indiferente
y algo desaliñado—todo ello
halla su voz: la bendición empapa
el suelo y las semillas que duermen en invierno.





Pacto roto

Un rostro se hace viejo mucho antes que una mente.

Y muslos, brazos, pechos
adoptan una pose como de indiferencia.
Hartos del corazón que anheló tanto, prefieren olvidarse
de todas sus promesas anteriores.

Mas mente y corazón prosiguen
su plática animada,
discuten, se intercambian epifanías diversas,
a veces se les va toda la noche
en lamentos y antífonas.

Rostro y cuerpo les han tomado el pelo,

comparten soledad
sin saber bien qué hacer.





Denise Levertov
Antología poética
Traducción: Cristina Gámez Fernández y Bernd Dietz

No hay comentarios.: