contemplamos la vejez en cueros
algunos tienen parejas jóvenes
con hilos dentales
otras
se enfrentan al mar
con la sola fiereza de sus brazos flácidos
parecen cascarillas de nuez
azotadas por el oleaje
una viejita lucha por entrar al mar
el agua la arroja playa adentro
me distrae el vuelo de un pájaro
cuando miro
cruzó la frontera de las olas
y es apenas un punto oscuro a lo lejos
recuerdo
interiores de casas
señoras recostadas en hamacas
calor y mosquitos
bardas de tecorral
mujeres que abrazan con olor a humo
el suelo es de tierra pisada
hay un pastel blanco sobre la mesa
habitaciones oscuras
pocas ventanas
la gente me parece demasiado seria
o melancólica
hace frío en las casas llenas de plantas
junto al río
o la barranca
recuerdo
de niña escribía
para mi madre para las tías
a mi hermana nunca le escribí nada
a papá tampoco
escribía a prisa entre el claxon y el café
sobre perros
tortugas
cumpleaños de abuelas
un día murió la más gorda de las perras
la más perra gris de todas
ese poema al fin nos incluía a todos
deseaba que estuviésemos muertos
como ella
fue la única vez que escribí
poesía comprometida
recuerdo
los mapas de national geographic
brillantes
incomprensibles
áfrica era café
américa verde
europa amarilla
si los desdoblabas
no los volvías a doblar
jamás
Draupadí de Mora
Obeliscos
Dharma Books, 2021
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