miércoles, diciembre 07, 2011

Tres poemas de Ángel Ortuño

.
Celaje

Uso ciertas palabras
por prescripción
médica.
Sufrí envenenamiento con magnesio.

Pero otras, en cambio, las profiero sin tener ni siquiera
la sombra de un objeto, de un árbol.
Cipreses, por ejemplo, hacia los cementerios
enlosados de mármol
donde los muertos vivos
juegan a ser banqueros y no comen paté
sino cerebros.

Luego termina todo sin motivo ninguno.
El ulular, el ruido de los radios

pleno de interferencia.



In anima vili

Altos estudios, pipas
de kif, tambores
para el empalamiento. La antropóloga
era tan solo eso. Lo sabíamos
todos,
incluso quien nos dijo que en Japón
se filmaban películas
donde se hería la lengua de las protagonistas.

Aunque aquí no podíamos
saber si la antropóloga seguía teniendo lengua.

No era
ni remotamente
japonesa.



Robert Johnson

Una mujer de corazón tan tierno.
Un whisky envenenado.
Nadie dijo: ahí
como un perro rabioso vendrá mi Redentor
a reírse de mí:

¿Aceptó que vendieras
lo que nunca tuviste?
¿Dónde queda ese cruce de caminos?

Tú escupías espuma.
Él era alto y blanco.



Ángel Ortuño

Mecanismos discretos
Mano Santa, 2011.

Lectura en línea del libro completo:
http://issuu.com/luisfernandoortega/docs/ortuno

No hay comentarios.: