sábado, julio 21, 2007

Fragmento de los diarios de Kurt Cobain

Un día me di cuenta de que podía utilizar la posición de los dedos del acorde de si en cualquier punto de la guitarra, lo que se conoce como power chord o quinta.

Y así, tras entender cómo se tocan canciones como "Louie Louie" de los Kingsmen, "Wild Thing" de los Troggs y "My Best Friend´s Girl" de los Cars, pensé que para convertirme en una estrella de rock famosa debía escribir mis PROPIAS canciones en lugar de perder el tiempo aprendiendo las de otros, porque estudiar demasiado la música de los demás puede suponer un obstáculo para el desarrollo del estilo personal de uno mismo. Alguien me dijo que hay escuelas de guitarra en todo el mundo donde te enseñan a ser el típico héroe comercialoide malo y sin originalidad con estrellas en los ojos.

Mmm, supongo que lo que intento decir es lo siguiente: la teoría es una pérdida de tiempo. La escala dórica es para chicos técnicamente anales con malos valores. Crea tu propia música. Eric Clapton toca blues polvorientos de escaso valor. Demasiado ensayo es como demasiado azúcar. El genio del pop rock actual estadunidense es Weird Al Yankovic. Haz lo tuyo a tu modo como otros lo hacen al suyo propio. Si copias demasiado te encontrarás un día en el limbo de los bares musicales abiertos hasta altas horas de la noche, tocando en una orquesta que se dedica a hacer versiones de otros.


Kurt Cobain
Diarios
Traducción: Ángeles Leyva Morales
Reservoir Books, 2006

sábado, julio 14, 2007

Dos poemas de José Carlos Yrigoyen

Los nombres de los que en mis brazos estuvieron
no son ya un recuerdo malo, una imagen de culpa.
Cristian. Santiago. Renzo. En el asiento trasero
del auto abandonado de aquel arenal, los esperaba
con las piernas descubiertas, con esas palabras
aprendidas de mis libros para nuestros encuentros,
dichas en voz alta, para que pudieran entenderme,
en el fondo del asiento, maquillado como un muerto.
Sus nombres ya no me producen remordimientos,
solamente la duda esa que sentimos todos,
si alguna vez fui para ellos una chica en serio.





Dime si hay despertar más terrible
que el de quien al alba se encamina tras la memoria;
cuando paseábamos por las calles abrazados,
sin inquietarnos, y esos largos besos
en una calle desierta rodeados por el brillo del mediodía
eran nuestro gran emblema de complicidad.
Pero triste es saber ya pasados esos días de placer
y ahora, desandando, reconocer estos lugares
apenas como el decorado de una despedida.





José Carlos Yrigoyen
Los días y las noches de José Carlos Yrigoyen
Álbum del Universo Bakterial, 2005.