sábado, junio 28, 2014

Cuatro poemas de Juan Manuel Portillo


La enorme luna roja de solsticio de invierno
cernida sobre la ciudad

en el eclipse
¿todos los animales se supieron mortales?

en esa larga noche de huesos en el frío
bajo delgadas pieles -insisto-
¿se supieron mortales?





Del álbum fotográfico me detengo
en un jardín

ajusto márgenes

una flor amarilla, daffodil

por semanas inmóvil y de pronto, un día cualquiera
se extendió por el pueblo

luego vinieron otros colores





Caminatas nocturnas
un parque, un conejo

conejos en el campo de algodón huyendo de los reflectores
(tiene que ser un campo de algodón para entregarme suave ese recuerdo)

Fingir la lejanía
cuando todo se aleja, ¿es arte?

ajusto la forma de la frase a ese alejamiento





En un cuaderno rojo de costuras muy finas dibujé un cardenal, escribí
rojo sobre rojo

figuritas de luz que se filtraban en el duermevela

panoramas enteros, carreteras, colinas
sólo alcanzables en el umbral del sueño

entrar o salir:

detrás el árbol detrás el bosque detrás

unos ojos azules, otro cielo: vuelo del cardenal

Escribí
la vista más hermosa de aquel pueblo del este
desde las altas piedras de un cementerio
el río que duplicaba árboles y edificios

escribí
¿un pueblo es una polis?
¿el lenguaje político se contempla mejor desde los muertos?





Juan Manuel Portillo
Bla
Vena Cava Books, 2012.

sábado, junio 21, 2014

Cinco poemas de Yoko Ono


La conexión III

En la tarde, antes del crepúsculo,
aléjate lo más que puedas de tu casa
sin perderla de vista.
Obsérvala un tiempo.
Piensa en todas las cosas que han sucedido ahí
y en las millas que has recorrido en sus cuartos.
Un día, tal vez te mudes.
Un día, tal vez pases junto a ella.

Sé amable contigo esta tarde:
a) cómprate algo.
b) llévate a comer.
c) mira al espejo y date una sonrisa.



La observación III

Sal de ti.
Obsérvate caminando en la calle.
Haz que tropieces con una piedra y caigas.
Observa.
Observa cómo mira la otra gente.
Observa con cuidado cómo caes,
cuánto tardas y con qué ritmo caes.
Observa como si fuera una película en blanco y negro.

Observa cómo te levantas de la caída.
Ve cuánto tardas en levantarte, cómo te paras
y qué haces después.
Observa como si fuera una película en tecnicolor.



La limpieza II

Haz una lista numerada de tristezas en tu vida.
Apila piedras que correspondan con esos números.
Con cada nueva tristeza, agrega una piedra.
Quema la lista y aprecia el montón de piedras por su belleza.

Haz una lista numerada de tus alegrías.
Apila piedras que correspondan con esos números.
Con cada nueva alegría, agrega una piedra.
Compara ese montón de piedras con el de la tristeza.



El baile V

Camina de una habitación a otra
abriendo y cerrando puertas.
Hazlo muy lentamente.

a) imagina que abres y cierras
tu cerebro cuando lo hagas.
b) imagina que abres y cierras
tu corazón cuando lo hagas.
c) imagina que abres y cierras
la mente de la gente cuando lo hagas.



La ciudad IV

Imagina que amarras globos en el techo
de cada edificio de la ciudad.
Deja que los globos ondeen con la brisa.
Fíjate si los edificios son más ligeros gracias a eso.



Yoko Ono
Acorn
Traducción: Julio Trujillo.
Aguilar, 2014.

sábado, junio 14, 2014

Tres poemas de Enrique Verástegui


El arte de la yerbaluisa

Beber un sorbo, después otro sorbo y después otro sorbo, como si probara suspiros limeños. El primer sorbo, no muy caliente, llena todo el paladar, impregnándolo de un sabor delicado mientras se escurre por la garganta hacia el estómago. Ese primer sorbo, definitivo, como el big-bang, llena de excelsitud al ser y ayuda a comprender la estetización mental de la biología. El segundo sorbo, probado cuando se ha llegado a la excelsitud del ser, rememora el sabor del primero y ayuda a comprender la infinitud del universo. El tercer sorbo, y los siguientes, hasta agotar la taza de porcelana oriental, sitúan la mente en el mundo y al cuerpo en su máximo de comodidad. Esta planta se puede recortar y, colocada bajo los rayos del sol, ponerse a secar para utilizar luego en la infusión. Un puñado de trozos de oro en la mano. Si se desea, se puede echar en la taza de yerbaluisa tres cucharaditas de azúcar.



Simetría

Tan bello como hacer el amor es pensar simétricamente al mover las piezas del ajedrez: 64 cuadros fundan la variación infinita de la mente, tanto como el placer causado por las 64 posturas fundamentales del Kamasutra. Tanto el perfume francés Chanel como el pachulí hindú, convenientemente usados, constituyen un despertar espléndido de la poderosa sexualidad armonizada en todas las chakras del cuerpo humano. Si mis trabajos filosóficos son superiores a Platón y Aristóteles no es por otra cosa más que por la invención magnánima de mis matemáticas que expresa la riqueza hecha universo.



A ti te gusta la poesía

Nada más claro en estos días como esas palabras
                          con sabor a yerba fresca que tú y yo,
                por detenernos delante del mar
                          en Barranco
deseé apoderarme de ti o mejor, toqué tus cabellos,
                          esa soledad maldita en la que estuvimos
metidos antes y después de noviembre.

Esta vida no es lo que es ni lo fue y ahora mismo,
           con todo lo dura que es para mí,
                          un ángel volando a ninguna parte
en el centro del gran enredo en que todos,
                algunas veces,
cuando equivocamos la página,
                volvemos a caer en lo mismo: un sándwich
                          barato higos secos
                                        y Mozart es apenas
                una sonata que ningún aprendiz
estudiante de piano puede limpiar sobre las teclas
                          como antes o siempre
                alcanzamos a gustar de este idioma perdido:
                                        sinrazón
que aparece como el día y la noche
                porque en nuestra lengua el sueño
aún no tiene nombre ni forma ni punto de partida.

Hoy es un día más de todos los que hasta ahora hemos
conocido -- hoy es el día
o sencillamente una palabra ha reventado en nuestra mente
fugándose lejos de la esfera de acción de estas líneas,
de este deseo.

Te queda muy hermosa esa cabellera -- te lo dije una vez
y te lo vuelvo a repetir.
                          Recuérdalo, estoy en ti en tu manera
                de arrancar los geranios más tiernos
esta primavera mientras todo,
                el viento, la angustia, rompían tu serenidad
                                        y no éramos
sino restos del naufragio de estos días,
                un rastro solitario en la playa.

A ti te gusta la poesía
                pero no tanto como un pastel de fresa.
                                        Esa poesía
hecha a la exacta medida de un brassier
que pueda resistir a tus senos.
                ¡Cúbrete, está lloviendo fuerte aquí!
A ti te gusta la poesía y ya no hay pastel de fresa.




Enrique Verástegui

Tratado sobre la yerbaluisa
Caja negra, 2012.

En los extramuros del mundo
Caja negra, 2012.

sábado, junio 07, 2014

Dos poemas de Jorge de Sena

«Ser un gran poeta»

Ser un gran poeta
muerto y nacional
es atraer a las moscas
como idiotas y
a los idiotas como
moscas.

Ser un poeta mediocre
vivo y universal
es atraer a los catedráticos
de literatura como
idiotas y moscas.

Ser apenas un poeta
ni vivo ni muerto
o nacional o universal
es apenas atraer a los poetas
como moscas idiotas.

Moraleja: no hay salida.

5/1970





Camões se dirige a sus contemporáneos

Podrán plagiarme todo:
las ideas, las palabras, las imágenes,
y también las metáforas, los temas, los motivos,
los símbolos, y la maestría
en los dolores de un idioma nuevo,
en la comprensión de otros, en el coraje
de combatir, juzgar, de entrar
en calles de amor a las que están negados.
Y podrán después no citarme,
suprimirme, ignorarme, ovacionar incluso
a otros plagiarios más alegres.
Nada importa: el castigo
será enorme. No sólo cuando
sus nietos ya no sepan quiénes son,
habrán de conocerme
mejor de lo que ustedes fingen ignorarme,
y todo, todo lo que trabajosamente roban,
regresará a mi nombre. Incluso será mío,
tenido por mío, contado como mío,
también aquello poco y miserable
que, sólo por ustedes, sin plagio, hayan hecho.
Nada tendrán, nada de nada: ni los huesos,
un esqueleto suyo tendrá que ser buscado
para pasar por mío. Y para que otros ladrones,
iguales a ustedes, de rodillas, le lleven flores a la tumba.

Assis, 11/6/1961




Jorge de Sena
A perspectiva da morte: 20 (-2) poetas portugueses do século XX
Selección y prefacio: Manuel de Freitas
Assírio & Alvim, 2009.
Traducción del portugués para Nueva Provenza: Inti García Santamaría