martes, septiembre 28, 2004

Que tú en todos los caminos...

Que tú en todos los caminos y callejones del mundo, que yo en un manicomio o en una cárcel de cualquier ciudad del mundo.
Que dos veces se ha interpuesto esta triste realidad y otras tantas he corrido en tu mágica y misteriosa casa, el oriente, y las dos veces he vuelto a abrazarte con todo el amor que tú me enseñaste a tener.
Que ahora he salido de un manicomio, por tercera vez, y por una tercera y forzada separación de ti, MAMÁ MORFINA. Que estoy seguro, que estoy casi seguro de que pronto podré abrazarte de nuevo.
Que a las dos y media del 23 de diciembre de 1970, gente que habla de mi conversación, conversación sólo mía, que sólo yo y mamá morfina conocemos, que sólo yo y ella hemos llevado adelante en la conversación de verdades nuevas, mías y para mí, como la de amar a Giorgio. Como la de dos que buscan en el cuarto de allá alguien que se personifique en él.

Eros Alesi
Mamá Morfina
Bonobos, 2003
Traducción: Guillermo Fernández

viernes, septiembre 24, 2004

Tu nombre fue sólo viento...

Tu nombre fue sólo viento en los labios de los suicidas.

Tu rostro fue labrado por la lluvia: sobre la ciega máscara aparecían surcos miserables y párpados y una boca amarilla, pero siguió lloviendo y, un instante, bajo las hebras transparentes, tu rostro fue posible y su belleza se confundía con la luz, pero siguió lloviendo y se perdió como la tierra desgastada por el llanto.

Indescifrables son tu nombre y tu rostro; quizá no has existido,

sin embargo, has llegado a la vejez y haces gestos impuros, también indescifrables.


Antonio Gamoneda
Libro del frío
Siruela, 1992

viernes, septiembre 17, 2004

Pobre vieja música

El poeta hablaba y las personas lo oían atentamente

El poeta hablaba y las personas solían oírlo atentamente

El poeta hablaba y las personas solían oírlo con alguna atención

El poeta hablaba y las personas a veces lo oían con alguna atención

El poeta hablaba y algunas personas lo oían con alguna atención

El poeta hablaba pero pocas personas lo oían con alguna atención

El poeta hablaba y las personas lo oían sin atención

El poeta hablaba y las personas ya no lo oían

El poeta hablaba y las personas ya lo miraban sin oír

El poeta apenas habla y las personas ya abren la boca con fastidio

LA ACTITUD FRENTE AL POETA ES EL BOSTEZO


Affonso Ávila
Traducido por Laura Cerrato y Susana Dakuyaku
Puentes/ Pontes. Poesía argentina y brasileña contemporánea. Antología bilingüe
Fondo de Cultura Económica, 2003
Selección y ensayos introductorios de Jorge Monteleone y Heloisa Buarque de Hollanda

lunes, septiembre 13, 2004

Los Vagabundos del Dharma

Con las playeras me resultaba facilísimo bailar ágilmente de piedra en piedra, pero al cabo de un rato noté que Japhy hacía lo mismo con mucha más gracia y que se movía sin esfuerzo de piedra en piedra, a veces bailando deliberadamente y cruzando las piernas de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, y yo traté de seguir sus pasos durante unos momentos, pero en seguida comprendí que era mejor que eligiera mis propias piedras y me dedicara a mi propia danza.
--El secreto de este modo de escalar --dijo Japhy-- es como el zen. No hay que pensar. Hay que limitarse a bailar. Es la cosa más fácil del mundo. De hecho más fácil todavía que caminar por terreno llano, que resulta tan monótono. Se presentan pequeños problemas a cada paso y, sin embargo, nunca dudas y te encuentras de repente encima de otra piedra que has elegido sin ningún motivo especial, justo como en el zen. --Y así era.

Jack Kerouac
Los Vagabundos del Dharma
Anagrama, 2003
Traducción: Mariano Antolín Rato

viernes, septiembre 10, 2004

El descenso (fragmento)

Te palpo, te toco, y las yemas de mis dedos buscan
las tuyas porque si yo te amo y tú me amas tal vez
no todo esté perdido. Las montañas duermen abajo
y quizás las margaritas enciendan el campo de
flores blancas. Un campo donde Los Andes y el
Pacífico abrazados en el fondo de la tierra muerta
despierten y sean como un horizonte de flores
nuestros ojos ciegos emergiendo en la nueva
primavera. ¿Será? ¿será así? las margaritas continúan
doblándose sobre el mar difunto, sobre las grandes
cumbres difuntas y en la oscuridad, descendidos,
como dos envanecidas pieles que se buscan, mis
dedos palpan a tientas los tuyos porque si yo te
toco y tú me tocas tal vez no todo esté perdido y,
todavía, podamos adivinar algo del amor. De todos
los amores muertos que fuimos y de un campo de
flores que crecerá cuando nuestras mortajas blancas,
cuando nuestras mortajas de nieve de todas las
montañas hundidas nos besen boca abajo y nos
vuelvan para arriba las erizadas pestañas.

Raúl Zurita
INRI
FCE, 2003.

lunes, septiembre 06, 2004

El crecimiento de un poeta (fragmento)

En la única pierna que le duele,
el poeta
aprende a pararse firme,
sosteniendo
la mesa redonda
de su página en blanco.
Cuando sople el viento
su madera
volverá a ser árbol,
volverá a estremecerse,
a suspirar y a cantar.

Denise Levertov
Antología poética
Alción Editora, 2001.
Traducción: Cynthia Mansfield