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David Le Breton
De cuerpo entero. Una entrevista con Francois L'Yvonnet
Traducción: Xitlalitl Rodríguez Mendoza
La Cifra, 2023
Selección de Inti García Santamaría. Transmitiendo desde 2004. E-mail: produccionesautismo@gmail.com
Isa Brunke
La vida funcionaba, aunque no sabíamos cómo.
Sólo en la casa de Isa podíamos huir de la profunda presión
de la realidad, del discutible sentido cromático de los años
ochenta, semejante a una secuencia de diapositivas oscuras
donde apenas si adivinábamos el rostro de nuestros parientes
que miran a la cámara como si estuvieran frente a un eclipse
sagrado. Sólo en la casa de Isa podíamos evadirnos juntos
cuando las noticias del día atravesaban las paredes, cuando
la cabeza de la primavera asomaba dando voces, portando,
maliciosa, los tres cuernos de la fiebre. Sólo en la casa de Isa
el viento llegaba a pedirnos consejo como un hijo rechazado
por el ejército, sólo ahí la muerte era un detalle arbitrario,
una intersección accesoria entre el animismo y la vivencia.
Como el mar, a la casa de Isa debías entrar de ciertas maneras;
de lo contrario, podía tragarte igual que una tumba humeante.
¿Qué más esperar de una chica de catorce años, coleccionista
de cráneos de roedores y lagartos, de esqueletos de pirañas
que solicitaba por correo, recortando los cupones de siniestras
revistas que nunca más volví a hallar en ninguna otra parte?
En esa casa todo sucedía como dentro de un platillo volante:
las salas y los cuartos se iluminaban y zumbaban de pronto.
Pero Isa permaneció entre los humanos por algún tiempo más.
Murió a mano propia en Múnich antes de cumplir los treinta.
Llamado
Momento en el cual mis gemidos rebotaron fuera del lenguaje.
Como un enjambre de abejas que va a la deriva.
Momento en el cual en el tétrico silencio que siguió
las abejas me rodearon y perdí el conocimiento.
Momento en el cual tampoco había escapatoria para mí.
Momento en el cual continué en un semi-coma, soñando que había despertado,
vomitando y evitando a los amigos, extrayendo aguijones de mi rostro y mis brazos.
Momento en el cual la voz de ella se incrustó en un telón de colores vaporosos.
Momento en el cual el plumaje de la grulla estalló.
Momento en el cual, al despertar, intuí que pagaría la tarifa total del banderazo.
Momento en el cual el taxista se dio vuelta y dijo no hace falta que sea
tu culpa para que eso te destroce.
Momento en el cual sin titubeo ni preludio,
comenzó a tocar una flauta de hueso de buitre.
Momento en el cual envejecí y fue como volver a destripar la colmena con mis manos.
Momento en el cual concebí un reino más real que la vida.
Momento en el cual había al menos alguna posibilidad.
Alguna posibilidad, en la que no creí, de volver a estar con ella.
Diles que no (fragmentos)
Pero ocurre que es en el vislumbre donde está
a veces la esencia de la cosa.
Clarice Lispector
¿Te has desviado demasiado
del camino? Como cuando
la oruga que acarrea
las larvas de
avispa se convierte
en larvas de avispa
pelando
el cadáver
de la oruga.
A un paso
de una metáfora
puntual:
un puro se deshace
en el retrete de
la estación de trenes.
Quiere decir lo mismo
que se siente que
dice.
Llega un punto en que el cambio
deriva en un retroceso
que la mente lee
como fracaso. El cultivo
de un tufo repugnante. Así
que busco tu rostro
con la aspereza de una lija
como si fuera
un borde resonante.
Cuando la exigencia
es un cambio
tan crucial
que sólo
otra personalidad
puede
consumarlo.
¿Como qué
tan temprano?
ella preguntó.
Llevo
la rata del
sufrimiento entre
los dientes, para que
todos la vean. A. Ver.
Atrévanse. A. Quitar.
Me. La.
Ruth (fragmentos)
Cinco estados al norte, se
pregunta qué
provoca el
silbido
que oye detrás
de la voz
de su madre: está
echada en el
piso, en una mano
el teléfono
y con la otra
debe estar
rascando
al perro tumoroso
que rasguña
la alfombra
con su pata
sin control.
el estuche en el buró
los lentes atados a un cordón de los Pieles Rojas
el estuche de lentes color verde
contiene un aparato auditivo
salvo su batería que está en el buró
los lentes atados a un cordón de los Pieles Rojas
en el pasto verde
bajo uno de muchos comederos para aves
en el patio atestado de pájaros
mudos y borrosos
La ocasional risa sofocada y muculenta
o el ahogo y el continuo
bip del electrocardiograma.
La voluntad,
firme como un pico,
de ser una buena persona,
¿qué fue
de ella? ¿Cómo
puede ser verdad
que debo
irme ahora? Ha olvidado
mi nombre, pero ¿la
circunstancia de mi
arribo exige
más? ¿Quién es mi
madre ahora que nadie
me reclama?
Forrest Gander
Estar con
Traducción: Ricardo Cázares
Mangos de Hacha, 2019
Cuando el poema se vuelve impertinente,
Borrarlo con la manga. Luego leer la mancha
Como el fondo de una taza de café.
Un vaticinio antes que una conclusión,
Es decir, mejor no sacar cuentas.
Los poemas fuera de control
Buscan la fuerza de una perfección
Rara vez es posible,
Y nos arrancan trozos cada vez más grandes.
¿Darle manotazos a eso desde el inconsciente?
Nada puede detener una real inspiración
Que cruza la memoria sin reparos
Destruyéndolo todo.
Uno vive gracias
A poemas detenidos a tiempo,
Inmóviles como suicidas en duda,
Si siguen asustando hay que retirarles
Unas cuantas palabras decisivas.
Todo menos darles de comer
Las frías lonjas de algún dolor secreto.
Hay algunas noches excepcionales
En que escribo poemas que me insultan.
Igual son borrados con la manga,
Pero un ataque no es una impertinencia.
El poema está en guerra,
Sus hábiles garras se transportan
En afilados silencios hacia mi alma.
Hay el peligro de poetizar el descuido:
Se termina publicando cicatrices
O poemas uniformados de pies a cabeza.
Iris nocturno
Cuando Hipólito Unanue levantó la vista esa navidad
Y se vio observado por un ojo desde el oscuro cielo,
Comprendió que sería indispensable informar
Sobre "un iris nocturno en Cañete"
En el Mercurio peruano del enero siguiente.
En ese mismo impulso empiezan a confluir
A lo largo de los decenios científicos o bobos,
El asteroide #7, luego un posible ovni,
Una esquiva aparición religiosa,
O un cuerpo griego en picada pronto un cadáver,
Como en el híbrido momento Breughel-Auden,
Y su bólido perfumado por la sorpresa.
Ese año del verano solo tuvimos
La claridad de la bóveda en diciembre,
Sobre la columnata de la mansión de Arona.
Era moderno
Notar cosas nunca vistas en las alturas,
Aunque no todas se entendieran del todo.
Aquel caluroso 25 hubiera caído muy bien
El ojo de vidrio de Baltasar.
Hoy en la aridez de Chilca,
Un arenal con higueras, a minutos de Cañete,
Ya falta espacio para el aterrizaje
De objetos voladores no identificados,
Y el cielo hierve de satélites chatarra.
El ensayo del sabio Unanue sobre el iris
Efectivamente apareció,
Pero no entró en detalles.
Mirko Lauer
Chifa de Lambayeque
Personaje Secundario, 2024
A veces
Se dice cuando
no siempre se puede algo
un hábito o costumbre
no muy frecuente
no de todos los días
–tampoco nunca
Se dice cuando de vez en cuando algo
como sentirse triste o solo o feliz o hermosa
sucede como decir cada tanto
un día sí dos no
un día sí tres no
pero no regularmente
no cada dos días
ni cada tres
ni todos los sábados
ni los jueves
ni dos de cada cuatro viernes
sino por ejemplo un viernes
y luego no
y luego, dos semanas o tres más tarde
otra vez
y luego no –cinco días o seis o quince
y luego sí
Suele también suceder
que llegamos a olvidar por un tiempo algo
a alguien
y de pronto lo vemos, pensamos, lo tenemos o recordamos
o echamos
otra vez de menos
después de un tiempo
y después de un tiempo otra vez
y otra vez después de cierto tiempo
O se dice a propósito
de algo que sucede
por lo general en el alma
como un ritmo
o con un cierto ritmo
que por lo general ignoramos
que, más bien, reconocemos
cada vez
y cuando recordamos que cada tanto aparece
que ya van varias veces que aparece y lo reconocemos
entonces decimos que sucede
cada cierto tiempo
cada cierta medida
de un tiempo que desconocemos
como querer cantar o enamorarse
como sucede la lluvia
a veces
Situación con teléfonos
Medusas
La tristeza de las nubes. Una luz ya invernal.
Y los últimos soles varados del verano
como medusas azuladas en la playa.
Las pongo en la mano viscosas frías,
sostengo un sol flácido bajo el cielo --
y el esperma se desliza entre los dedos tiesos.
Observo la estructura dividida al azar,
una unidad enigmática de ojos y genitales
y la escucha de otros sistemas solares.
¿Otra vez lloras? Así de distraídos estamos.
Añoramos ser de nuevo idénticos,
vagar como soles y genitales ardientes
sobre el cielo antes de que todo oscurezca.
Pero el avance de las nubes ya se detiene.
Las medusas azulean heladas y pequeñas.
Se abre a la fuga del verano.
Sostengo un sol flácido bajo el cielo:
oh conservar su fértil calor un invierno.
Blue Poles
Esta noche comienza la ausencia
a alejarse más allá y los sueños
qué sabemos de los sueños
saltos metálicos Jackson Pollock
plata fluyendo Jackson Pollock
miro al otro lado del mar
veo a lo lejos el paseo que diste tú
atravieso el lejano pacífico azul
falos y Moloch marcan los pasos de mi mirada
hacia lo desconocido
¿hacia lo desconocido?
¿estamos en el mundo antes o después?
¿somos o no fuerzas magnéticas?
seré yo quien tú confirmas:
génesis mujer sueño que comienza
a ir más allá esta noche
a llegar más allá esta noche
saltos metálicos Jackson Pollock
plata fluyendo Jackson Pollock
por encima del mar azul
Encuentro (III)