viernes, marzo 28, 2014

Tres poemas de José Eugenio Sánchez


sentado en una pila de heno
tomando vino re-escribiendo haikus


un momento extraño -el muchacho
           y la luna llena
se miran a través del telescopio


                              (y la luna clara
                                           y callada
                              es un haiku)


la luna
           llena el silencio
de la pupila


                              y la luna en el telescopio
                                           y en el ooo
                              que exclama el muchacho al verla




the only cure for morphine
poisoning is more morphine


este es el río hudson emblema del ancestro que acabó con los bisontes
lugar para encender la radio del oldsmobile
recargarse en el hombro del atardecer y el peor merlot y tirar la ropa
[al agua
lugar donde jack y allen observan a matt
meando en el río
que repara ante el chorro con un leve crujir de rocas
la verga es larga cual cola de gato y se ve muy dura
en comparación con las piedras que parecen de plastilina
allen ve en esa carne un huerto de manzanas abandonado
en algún pedazo del panorama
y se le antoja la sidra
la tarta             la jalea
las incontables unidades de vitamina c que hay en su pulpa
: matt tiene esa risilla que tienen los tontos
y a jack le encanta
le pregunta si escucha coltrane
si conoce el oscuro bar sin anuncio del village
y después de un silencio
si le apetece que le muerdan el glande ya
y el cauce del hudson suena
como si sus dedos acariciaran la espalda de los estados unidos




how can people be so furious
in this metaphysical void
(testimonio de michael)


a la verga la política la fe el corporativismo
y cualquier pendejada que permita vivir en paz a los poderosos
a la verga la estrategia: puntualicé

y allen propuso unilateralmente: ahora todos nos vamos a méxico
[y bla bla bla
yo reiteré: robert duncan es el poeta más importante de la costa oeste
y bla bla bla
y entonces gregory saltó sulfurado y me tomó del cuello y dijo entre
[dientes: michael eres un bla bla bla
lo empujé tirándolo al suelo
inmediatamente me envolví la bufanda
e indignado me dirigí a la puerta
neal me miró y bostezó
y antes de salir jack me dijo
: eres el mejor espectáculo en millas a la redonda
la clave de todo aquello fue el aburrimiento
a la verga el aburrimiento

jack insiste en ser una sombra en las aceras
donde la verdad no es viable
porque la humanidad no la merece

a la verga los scat readers & cocksuckers & beatnicks
que discuten irascibles al repartir
un montón de marihuana en partes exactamente iguale
para repartirla en partes exactamente iguales

a la verga esos putos campesinos
que querían llenar su cabeza de filosofía
para no enlistarse en el ejército

y a la verga el ejército
preferimos morir escuchando una buena canción
o evadiendo al fisco con drogas duras chamánicas
o asfixiados en carcajadas secreciones sangre y mierda
o con la próstata del tamaño de un plato
o desangrados en la taza del baño
o hermosos en las vías del tren
etcétera
que por las firmas de un montón de burócratas




José Eugenio Sánchez
jack boner and the rebellion
Almadía, 2014.

viernes, marzo 21, 2014

Cuatro poetas españolas


Las niñas juegan

Las niñas juegan a la plastilina
y dicen
en esta casa hay muchos cerrojos.
En esta casa no pueden entrar papás.
Sólo niñas y niños y mamás.
En esta casa no puede pasar nada malo.
Y no tenemos miedo.
Yo tengo miedo, por las noches.
Anda claro, por las noches todas tenemos miedo.
Y pesadillas.
Mira qué bonito lo que estoy haciendo.
Qué bonito.

Mada Alderete Vicent (Madrid, 1959)




F.P.

Fernando Pessoa, miope, dibujado a dos tintas
en el billete arrugado con que compro la prensa.
Cien escudos su alma,
no más que cien escudos, lo justo
para un café y un bollo,
algunos cigarrillos o un billete eléctrico.

Fernando Pessoa, sé que sonríes
cuando saco tu billete y lo beso
como novia que despide a su amado.
Tu cabeza vale hoy cien escudos
y mañana quién sabe.
Todos los poetas debieran nacer en Wall Street,
ser moneda fuerte en el mercado bursátil.

De nuevo he traicionado tu amor.
Te he vendido como un judas cualquiera
por un café caliente. Esta tarde
besé tu mejilla
antes de darte al enemigo.

Mercedes Escolano (Cádiz, 1964)




Perdóname que ahora juegue

Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Wislawa Szymborska

Cuando veo fútbol, tenis
carreras de fórmula 1
no olvido que en otras cadenas
siguen los telediarios.
Mientras gritamos gol
otro coche bomba explota
en un mercado; antes
de que acabe el set
habrá diez palestinos menos;
se apaga el semáforo
y una vida más en Guantánamo.

Mis padres llamaban
partes a los telediarios.
Ellos sabían que la guerra
no había terminado:
mientras en el salón la tele
vomitaba metralla,
la radio en la cocina
escupía recuentos de muertos.

Perdonadme que ahora juegue:
el dolor fue una institutriz severa.

Ana Pérez Cañamares (Santa Cruz de Tenerife, 1968)




Escocia

Un camión cargado
de güisqui Glenffidich
nos adelanta por la derecha
en una carretera
atestada de ciervos
y de vacas con flequillo.

Suena el himno de Escocia
en la furgoneta.

Algunos dormitan,
otros miran por la ventanilla
y limpian con la manga del jersey
el vaho adherido a los cristales.

Algunos mosquitos enanos
se han pegado a su trampa
de alientos cálidos
y de gargantas heladas.

Un caza americano F-16
sobrevuela el lago
como un moscardón insolente.

Dicen que aquí repostan
para ir al Líbano
a seguir con sus asuntos.

Una niña ríe y no me molesta.

Es una novedad estar en paz
con este cuerpo que me envuelve.

Algo me sonríe entre las tripas
y me conecta a la moqueta verde
de antiguos glaciares,
a la turba que destila cascadas
de cerveza negra
y que calentará el hogar
en el invierno.

Algo me tira del centro del ombligo
y me obliga a expandirme
entre valles infinitos,
entre piedras tan viejas
como el mismo Dios.

Quizás vine a buscarle a Él
a estos parajes
donde los hombres
son más hombres
si llevan falda,
donde la tierra se cultiva
con un mimo antiguo,
donde el clan familiar
da el cobijo necesario
a los hijos que vienen.

Quién sabe si,
después de todo,
Dios no es sino
ver pastar a los ciervos
entre una fina lluvia de alfileres,
la soledad de las islas
entre el viento del norte
llamando a la ventana,
la manta de cuadros
que abriga tus tristezas,
la cerveza cremosa
en buena compañía,
las risas de los tuyos
y el corazón en calma.

Sonia San Román Villamediana de Iregua (Logroño, 1976)




Mujeres en su tinta. Poetas españolas en el siglo XXI
Compilador: Uberto Stabile
Atemporia/UNAM, 2009.

viernes, marzo 14, 2014

Tres cantos indios

Canto de Hombre-que-no-está-del-todo-bien a la Princesa Thom
(Tlingit)

Aun de la casa del trago fuerte
escapan los hombres,
pero nunca de ti,
Mujer Cuervo.



Canción de un niño asustado de un búho
(Chippewa)

Temo mucho
también al búho
cuando me quedo
a solas
en mi casa.



Canción de despedida
(Havasupai. Canta Dan Hanna)

Lugar del manantial donde el agua gotea
que he recorrido.
Lugar, óyeme:
olvídame
              ja nja.

Creí que siempre viviría
creí que siempre viajaría, así había sido.
Creí que siempre sería así
pero las fuerzas ya me han abandonado
              ja nja.

Creí que siempre sería
como fue, así fui
pero las fuerzas ya me han abandonado.
Tierra que he recorrido
lugar, óyeme:
olvídame
              ja nja.

Animales de cuerno
solía cazar.
Creí que siempre sería así,
sería así siempre
pero las fuerzas ya me han abandonado
              ja nja.

Así es como fui
así,
así.
Matorral espinoso,
lugar
              ja nja.

Corrí y corrí
a tu alrededor.
Olvídame
olvídame
              ja nja.

Troncos caídos
que salté.
Lugar, óyeme:
olvídame
              ja nja.

Lugar de rocas firmes
donde tropecé.
Lugar, óyeme:
olvídame
              ja nja.

Lugar con caminos,
que seguí
alguna vez.
Lugar, óyeme:
olvídame
              ja nja.

Lugar del arroyo
que chapoteé al cruzar.
Lugar, óyeme,
óyeme: olvídame
              ja nja.

Lugar del Cerro Picudo,
Cerro Picudo
donde trepé corriendo.
Lugar, óyeme:
olvídame
              ja nja.

Hasta la cima llegaba
y me detenía
a mirar la lejanía.
Lugar, óyeme:
olvídame
              ja nja.

Hasta la cima llegaba
y me detenía
a mirar la lejanía.
Lugar, óyeme:
olvídame
olvídame
              ja nja.

Conejo grande
y lejano,
joven, pardo
brincaba a esconderse
a esconderse
y perseguí
perseguí
              ja nja.

Lo alcancé
le di alcance, lo logré
y con la vara de caza
lo enganché
lo enganché
              ja nja.

Lo asé
y lo comí
creí que siempre viviría
creí que siempre viajaría.
Eso me pareció
pero las fuerzas ya me han abandonado
me han abandonado
              ja nja.

Antílope lejano
antílope lejano y joven
que brincó a esconderse
salió,
corrió, lo perseguí
              ja nja.

Lo alcancé,
llegué a su lado
con mi palo de caza lo enganché
lo agarré.
Lo asé
lo comí
              ja nja.

Creí que siempre viviría.
Creí que siempre viajaría
que siempre sería así,
así fue.
Creí que siempre sería así.
No es cierto.
Creí que siempre sería así
pero las fuerzas me han abandonado
              ja nja.

Pieles de venado
me pertenecieron
y colgué en los enebros.
Cubrí todo el árbol
y con orgullo las miraba:
tan orgulloso estuve
              ja nja.

Pieles de venado
me pertenecieron
y colgué de los enebros,
dos árboles
tres árboles cubrí.
Con orgullo las miraba
creí que siempre sería así
creí que siempre sería así
              ja nja.

Creí que siempre sería así
pero las fuerzas ya me han abandonado.
Creí que siempre sería así
como fue
como fue
              ja nja.

Creí que siempre viviría.
Creí que siempre viajaría
pues eso había hecho.
Así fue
parecía
que sería igual siempre
pero ya no tengo fuerzas
              ja nja.

El cielo sobre mi cabeza
me hacía creer
que siempre estaría allí
me hacía creer
que siempre estaría allí
pero ya no tengo fuerza
              ja nja.

Óyeme
olvídame
olvídame
ya no tengo fuerza
creía que la tendría siempre
pues así fue
así fue
              ja nja.

Aguaje a donde siempre llegué
me hinqué
lugar donde bebí
siempre.
Lugar, óyeme:
olvídame
olvídame
              ja nja.

Aguaje de agua pintada
en la roca
donde me hinqué.
Lugar, olvídame,
olvídame
              ja nja.

Sol, sobre la colina
te vi hundirte
y me eché a correr
me eché a correr.
Así fue
nunca fui lento
no fui así
              ja nja.

No hice tal, no fui
así
corrí veloz
corrí veloz
pronto llegaba a mi casa
llegaba pronto
              ja nja.

Corría más que el Sol
corría más que el Sol
Así fue antes
así fui yo
era así
              ja nja.

No me quedaba dormido
no esperaba al Sol
no lo hacía
no fue así
así no fue
              ja nja.

Al llegar el alba
lo miraba
me levantaba
me levantaba
y hacia el alba
corría
              ja nja.

Creí que siempre sería así
así viajé
creí que duraría siempre
pero ya no tengo fuerza
creí que sería así siempre
como fue
óyeme
              ja nja.

Lugar y tierra que recorrí
lugar, óyeme:
olvídame,
olvídame
eso quiero
eso quiero
              ja nja.

Ya no tengo fuerza
creí que siempre sería así
y así fue
creí que viviría para siempre
creí que viviría para siempre
que siempre estaría con la tierra
me pareció
              ja nja.

Que siempre estaría con las montañas
me pareció
así era,
eso creí
con tal orgullo
creí que siempre sería así
pero ya no tengo fuerza.
La tuve
así fue
fue así
              ja nja.




He llegado al centro de la tierra.
Poesía de los indios de Estados Unidos y Canadá
Traducción, recopilación e introducción: Elisa Ramírez Castañeda
Conaculta, 2013.

viernes, marzo 07, 2014

Tres poemas de Jerome Rothenberg


Conversación quince

Yo quería algo de comer.
(Yo no quería nada.)
Yo quería un lugar para descansar & otro lugar para el placer de dormir.
(Yo quería las alegrías de la caridad.)
Yo quería el tiempo.
(Yo te quería a ti.)
¿Tenías hambre?
(No.)
¿Tenías talento?
(Tenía talento pero nunca tuve hambre.)
Yo quería manos.
(Yo quería estar libre de todo roce.)
Yo quería tener las manos amarradas a los costados de tu cuerpo.
(Yo quería tu cuerpo amarrado a un costado de mi casa.)
Yo era un animal & nunca fui libre.
(Yo quería la vindicación de los justos.)





"visiones de fantasmas"

. . . . . . .
oyéndolos hablar de fantasmas

luces azules (dice ella) vienen del campo santo
y van de casa en casa
los muertos
no advertidos de exilios aún por venir
por el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos
atestados como moscas en los corredores
se retuercen
de miedo ante las ramas de los pinos
que allí penden
& otros, de los interruptores
para mantenerlos alejados

*

& ella dijo que Ross había visto un esqueleto & había
pensado que debía de ser una bruja, de tan largos que
tenía el cabello y las uñas





Los tesoros de Dunghuang
2000 budas

un buda sin rostro

*

un buda negro

*

budas con bigotes
y barbilla de plata

*

tres budas travestis

*

buda con cabezas
alrededor de la cabeza
-docenas de cabezas girando

*

2000 budas

*

buda acurrucado
-una hendidura por ojos-
somnoliento

*

un buda de doce rostros
& mil manos con ojos

*

un buda que sostiene un helecho
-lleva una vaina
y de la vaina sale una mano

*

salen manos de los ojos del buda
-o lágrimas

*

con el terror en los ojos,
la boca abierta y tortuosa, con colmillos,
sostiene un disco con ojos llameantes
pero lo rodea un halo

¿este también puede ser buda?

*

buda delgado
buda famélico

sentado con la mano en el mentón
sonriendo

noviembre/diciembre 1996




Jerome Rothenberg
El trabajo del sueño. Antología
Traducción: Mercedes Roffé
Hilos Editora, 2013.