viernes, octubre 21, 2022

Tres poemas de Sebastián Díaz Barriga


A partir de MSP

a veces la vida
es algo así
como un automóvil sin motor
perdido en una calle
a punto de explotar

nadie sabe de dónde vino
o si se trata
     de un mensaje
del espacio exterior

un mensaje
que alguien
-como dios
o el cartero-
dejó para ti
(una mañana
de domingo)





El recuerdo de Bella se envuelve
sobre papel, es la cubierta de un bocadillo
para los días de trabajo

su cuerpo era el mejor truco de magia:
en vez de palomas o conejos
aparecía merengues
     y duraznos en almíbar
de sus hombros colgaba
     todo lo que el mundo
años más tarde,
me habría de quitar:
una enorme colección de canicas,
el reloj de colores que no marcaba la hora
las tardes en hamaca
     de cara al cielo
mientras las preocupaciones se proyectaban
en la vieja televisión de nadie,
porque permanecía sola
     sobre la sala
por pura costumbre,
(como para vencer al silencio
y también a la soledad).
muerta mi abuela
la televisión se apagó,
descolgaron hamacas,
cubrieron colchones,
la enterraron un martes.
fue entonces que descubrí el truco
y el artefacto de la vida;
el sombrero de doble fondo
-en donde mi abuela se perdió para siempre-
había dejado de funcionar
     cualquier tarde de agosto.
han pasado 33 años.
las palomas todavía me hacen llorar.





Sin separarnos más

soñé que la hija de Palito Ortega me amaba
en pretérito simple
en pretérito imperfecto
soñé que la hija de Palito Ortega me besaba
con su boca de insistente tabaco argentino
orgánico
anaranjado
cultivado por los trabajadores de Palito
en Río Toro
los que de día se pinchan
/e intoxican
manos y ojos
hasta el cansancio
/y unos pasos más adelante
los que de noche sueñan
con las piernas flaquitas de Rosario:
ese par de piernas
capaces de seducir
a toda la división tabacalera
de la provincia de Salta
(y unos pasos más adelante)
soñé que mi alma podía entrar
a través de sus incisivos
/centrales:
permanentes
superiores
soñé que Rosario me amaba
con la completa verbosa redondez de sus
palabras y boca
(que no es boca en donde anida
oscura
la palestra
sino boca
de quien ama
/lentamente
/levemente
sobre el tacto oculto
de los rincones y los días)





Sebastián Díaz Barriga
Nada del otro mundo
UNAM, 2022

sábado, octubre 01, 2022

Cuatro poemas de Alejandra Arreola

las redes
deben ser holgadas
porque las ramas pesan
los frutos pesan
y estamos cuidando
que no se rompan
incluso
hemos reforzado con lazos
las ramas que cargan
las flores más gruesas

se nos ha ido el día
haciendo amarres
en contradecir
lo que reclama
la tierra






reconocer la tristeza
en plantas y flores
es fundamental,
reconocer
la hoja triste;
reconocer la tristeza
en las plantas
es la única forma de saber
si falta sol o sobra el agua
entre las medallas rastreras
es necesario
reconocer la tristeza

la obscenidad del mundo:
las imágenes muestran
demasiado júbilo






la belleza es aterradora
y te arrojas a ella
diafragma más profundo

me sigue al baño
sin hablar
ah
i feel love
riffs de wah wahs
i feel love
staccatto
i feel love
platillos motorik
i feel love
baterías zoom-pah-ah
i
      feel
                    love






tatuado en el brazo izquierdo
un payaso
tirándose un pedo
un payaso
tirándose
del noveno piso

algo
sin sentido

los payasos
soñamos con gas caliente
calor
el circo vacío
brazos entumidos
de dar aplausos
a perritos de globo
con globos en las nalgas
y nalgas que estallan

los payasos
saltamos del edificio






Alejandra Arreola
Nombre de fantasía
Herring Publishers, 2021