jueves, junio 28, 2012

Desobediencia civil (fragmento)

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Pero, para hablar con sentido práctico y como ciudadano, a diferencia de aquellos que se autodenominan "hombres sin gobierno", lo que propongo no es que desparezca el gobierno, sino que se establezca un mejor gobierno de inmediato. Dejemos que cada hombre declare qué tipo de gobierno sería merecedor de su respeto, y así se daría un primer paso en su consecución.
. . . . Después de todo, la verdadera razón de que, cuando el poder está en las manos del pueblo, se permita a la mayoría gobernar y seguir en el poder durante un largo período de tiempo, no es porque sea más probable que ella posea la verdad ni porque la minoría lo considere un sistema más justo, sino porque la mayoría es físicamente más fuerte. Pero un gobierno en el que la mayoría decide sobre todas las cuestiones no puede estar basado en la justicia, al menos no como la entienden los hombres. ¿No podría haber un gobierno en el que no fuese la mayoría la que decidiera lo que está bien o mal, sino la conciencia? ¿Un gobierno en que la mayoría sólo decidiera en aquellas cuestiones en que sea aplicable la norma de la conveniencia? ¿Debe el ciudadano someter su conciencia, aunque sea por un solo instante y en mínima medida, al legislador? ¿Por qué, entonces, todos los hombres tienen conciencia? Creo que deberíamos ser hombres primero y después súbditos. Lo deseable no es que se cultive el respeto a la ley sino a la justicia. La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo.


Henry David Thoreau
Desobediencia civil
Traducción: Sebastián Pilovsky
Tumbona, 2012.

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