lunes, julio 07, 2025

Tres poetas palestinas

Lo que haré

No bailaré al ritmo de su tambor de guerra.
No prestaré mi alma y mis huesos a su tambor de guerra.
No bailaré a su ritmo, es un ritmo sin vida.
Conozco muy bien esa piel que usted golpea.
Estuvo viva aún después de cazada, robada, expandida.
No bailaré al ritmo de su tambor de guerra.
Yo no voy a estallar por usted.
Yo no voy a odiar por usted,
ni siquiera voy a odiarlo a usted.
No voy a matar por usted.
Especialmente, no moriré por usted.
No voy a llorar la muerte con asesinato ni suicidio.
No me pondré de su lado ni bailaré con bombas porque todos
los demás están bailando. Todos pueden estar equivocados.
La vida es un derecho, no un daño colateral o casual.
No olvidaré de dónde vengo.
Yo tocaré mi propio tambor.
Reuniré a mis amados cercanos y nuestro canto será danza.
Nuestro zumbido será el ritmo.
No seré engañada.
No prestaré mi nombre ni mi ritmo a su sonido.
Yo bailaré y resistiré y bailaré y persistiré y bailaré.
Este latido de mi corazón suena más alto que la muerte.
Su tambor de guerra no sonará más alto que mi aliento.

Suheir Hammad







Del diario de una niña de casi cuatro años

Mañana me quitarán
los vendajes. Me pregunto:
¿veré media naranja,
media manzana o medio
rostro de mi madre
con el ojo que me queda?

No vi la bala
pero sentí su dolor
que explotaba en mi cabeza.
Su imagen no se
desvaneció, el soldado
con una gran arma, manos
nerviosas y una
mirada en sus ojos
que no pude entender.

Lo veo aún claramente
con mis ojos cerrados.
Quizás en nuestras cabezas
todos tenemos
un par de ojos de más
para reemplazar
los que perdemos.

El mes próximo, de cumpleaños,
tendré un nuevo ojo de vidrio.
Tal vez las cosas se verán curvadas
y gruesas en el medio.
He mirado a través de todas mis canicas
y ellas hacen que el mundo se vea raro.

He oído que alguien de nueve años
también ha perdido un ojo.
Me pregunto si mi soldado
fue quien le disparó -un soldado
en busca de niñas que lo miran a los ojos.
Ya tengo edad suficiente, casi cuatro años.
He visto suficiente de la vida
pero ella es una bebita
que no sabe nada.

Hanan Ashrawi







A la mierda su conferencia sobre técnica,
a mi gente la están matando


Los colonizadores escriben de flores.
Yo les hablo de niños que tiran piedras a tanques israelíes
momentos antes de convertirse en margaritas.
Quiero ser como esos poetas que se preocupan por la luna.
Los palestinos no ven la luna desde las celdas y las prisiones.
Es tan hermosa, la luna.
Son tan hermosas las flores.
Cuando estoy triste recojo flores para mi padre muerto.
Miro Al Jazeera todo el día.
Ojalá Jessica dejara de enviarme mensajes diciendo
"Feliz Ramadán".
Sé que soy estadounidense porque cuando entro
en una habitación algo muere.
Las metáforas sobre la muerte son para poetas que creen
que a los fantasmas les importa el ruido.
Cuando muera, prometo perseguirte para siempre.
Un día escribiré sobre las flores como si fueran nuestras.

Noor Hindi







Poesía en la calle 2024. Lectura en voz alta por la paz en Palestina y Líbano
Biblioteca Henestrosa, 2024

Nota: Aunque en la plaquette no se especifican los traductores de los poemas, tras una búsqueda en internet pudo encontrar que el traductor de los dos últimos poemas es Juan Toledo, pero no encontré quién es el traductor del primer poema de esta entrada.

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