(Fragmentos)
El lado docto. Fatalidad del primer blanco aportado y dominador político de selvas salvajes. El bachiller. No podemos dejar de ser doctos. Doctores. País de dolores anónimos, de doctores anónimos. El Imperio fue así. Eruditamos todo. Olvidamos el gavilán de penacho.
La nunca exportación de poesía. La poesía anda oculta en los bejucos maliciosos de la sabiduría. En las lianas de la morriña universitaria.
°°°°°
Pero hubo un estallido en las enseñanzas. Los hombres que sabían todo se deformaron como globos inflados. Reventaron.
La vuelta a la especialización. Filósofos haciendo filosofía, críticos crítica, amas de casa tratando de cocina.
La poesía para los poetas. Alegría de los que no saben y descubren.
°°°°°
Contra el gabinetismo, la práctica culta de la vida. Ingenieros en vez de jurisconsultos, perdidos como chinos en la genealogía de las ideas.
La lengua sin arcaísmos, sin erudición. Natural y neológica. La contribución millonaria de todos los errores. Como hablamos. Como somos.
°°°°°
No más brasileños de nuestra época. Lo necesario de química, de mecánica, de economía, de balística. Todo digerido. Sin mitin cultural. Prácticos. Experimentales. Poetas. Sin reminiscencias de apoyo. Sin investigación etimológica. Sin ontología.
°°°°°
Bárbaros, crédulos, pintorescos y tiernos. Lectores de diarios. Palo-del-Brasil. La selva y la escuela. El Museo Nacional. La cocina, el mineral y la danza. La vegetación. Palo-del-Brasil.
Oswald de Andrade
Obra escogida, Biblioteca Ayacucho, 1981.
Selección y prólogo de Haroldo de Campos.
Traducción del "Manifiesto Palo-del-Brasil": Héctor Olea
El lado docto. Fatalidad del primer blanco aportado y dominador político de selvas salvajes. El bachiller. No podemos dejar de ser doctos. Doctores. País de dolores anónimos, de doctores anónimos. El Imperio fue así. Eruditamos todo. Olvidamos el gavilán de penacho.
La nunca exportación de poesía. La poesía anda oculta en los bejucos maliciosos de la sabiduría. En las lianas de la morriña universitaria.
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Pero hubo un estallido en las enseñanzas. Los hombres que sabían todo se deformaron como globos inflados. Reventaron.
La vuelta a la especialización. Filósofos haciendo filosofía, críticos crítica, amas de casa tratando de cocina.
La poesía para los poetas. Alegría de los que no saben y descubren.
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Contra el gabinetismo, la práctica culta de la vida. Ingenieros en vez de jurisconsultos, perdidos como chinos en la genealogía de las ideas.
La lengua sin arcaísmos, sin erudición. Natural y neológica. La contribución millonaria de todos los errores. Como hablamos. Como somos.
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No más brasileños de nuestra época. Lo necesario de química, de mecánica, de economía, de balística. Todo digerido. Sin mitin cultural. Prácticos. Experimentales. Poetas. Sin reminiscencias de apoyo. Sin investigación etimológica. Sin ontología.
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Bárbaros, crédulos, pintorescos y tiernos. Lectores de diarios. Palo-del-Brasil. La selva y la escuela. El Museo Nacional. La cocina, el mineral y la danza. La vegetación. Palo-del-Brasil.
Oswald de Andrade
Obra escogida, Biblioteca Ayacucho, 1981.
Selección y prólogo de Haroldo de Campos.
Traducción del "Manifiesto Palo-del-Brasil": Héctor Olea
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