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Agosto no es abril, el mes más cruel,
es el verano,
arropa la espesura con frutos de los árboles
y preserva en la tierra los recuerdos perdidos.
Nos sorprendió la tarde,
extraviados en una selva oscura,
nel mezzo del cammin di nostra vita
--o tal vez más allá--, vendimiando,
triturando las uvas en el lagar del mar;
el mosto de las olas te lamía los pies,
subía por tus muslos hasta encender la tarde con la sangre del dios
"¿Qué es esto --me decías-- tan dulce cual la uva que fermenta
....en mi adentro y no me deja en paz conmigo misma,
como si ahí se recordara algo que estuvo y ya no está:
un vestigio del dios en las fiestas de Eleusis
o la ebria sequedad de los días de Pascua
que ya pocos recuerdan?"
Nos vimos en verano, con el ruido del mar sobre Puerto Escondido,
hablando de estas cosas, cobijando
esa brizna de vida con recuerdos;
nos mojamos los pies como antaño en el mosto
y cruzamos la playa hacia las rocas,
con el rumor de ciega muchedumbre en la cittá dolente,
"Ya nadie lo recuerda --me dijiste--,
nadie puede saberlo ni acaso imaginarlo,
pues sólo conocemos una pila de imágenes, ya rotas
en donde el sol no alumbra, el árbol no cobija,
el vino es sólo vino
y el ciclo de los meses en mi entraña, la oscura menstruación y nada más;
nadie puede saber lo que se guarda ahí,
pues aquí sólo hay sombra,
bajo esta roca roja que es el mundo."
.......Ponte a la sombra de esta roca roja,
.......como en la antigua cueva, pero de cara al fuego,
.......voy a enseñarte no lo diferente,
.......sino lo que es y ha sido en una estría del tiempo.
Al volver de las rocas, por la estría del mar, camino del hotel,
tú y yo, Isolda, hablando de estas cosas, como en el primer día,
....amándonos,
mientras la uva fermentaba en tu adentro, como fermenta el cosmos
....en sus ciclos,
vimos, bajo esa roca roja,
permanecer el tiempo en el canto del mar y su voz que regresa,
entre el ruaj de Yahvé y la hora de este ahora,
antes del desayuno de los huéspedes,
de las palabras huecas,
de la amarilla niebla en la ventana
y el ruido de mil mundos que se acaban;
antes del sí y del no,
de decir mil te quiero
y consumir un pan con el café,
en ese hueco abierto en el vacío,
tú y yo vimos, bajo esta roca roja, permanecer en el tiempo.
No estábamos ni antes ni después,
no estábamos ahora
--porque el pasado fue, el futuro no está
y el presente se pierde como se escurre el agua en nuestros dedos--,
sino aquí, en nosotros,
contemplando el corazón del tiempo,
la inmutable presencia del amor que siempre permanece en el oleaje
y hace posible el tiempo
y el ciclo de tu entraña,
los secretos de Eleusis
o la alba Navidad y el paso hacia el origen
--los rostros del amor en su aspecto de tiempo--,
mientras todo se mueve, todo pasa, bajo esta roca roja,
y tú y yo vamos camino del hotel,
por la aguja que zurce el ayer con el mañana,
fuera y dentro del tiempo,
en el verano que arropa la memoria,
abriga la espesura con frutos de los árboles
y preserva en la tierra los recuerdos perdidos.
Javier Sicilia
Tríptico del desierto
Era, 2009.
jueves, mayo 21, 2009
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1 comentario:
A continuación los links a los polémicos textos de Evodio Escalante y Javier Sicilia en torno a la apropiación como recurso literario.
"Sicilia y la apropiación como recurso literario" de Evodio Escalante:
http://impreso.milenio.com/node/8576299
"Respuesta a un pequeño burgués" de Javier Sicilia:
http://impreso.milenio.com/node/8580059
"Respuesta al kamikaze de Sicilia" de Evodio Escalante:
http://www.milenio.com/node/223572
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