jueves, julio 07, 2011

Presencia de la poesía (fragmento)

.
Y hay algo más aún: tal como ocurre siempre (o cada vez) que se alcanza la poesía, que alguien la logra y nos la ofrece, nos damos cuenta de que ni una sola de esas palabras podría ser cambiada por otra, que la forma verbal obtenida es intransferible, tan intransferible como la misma experiencia poética que testimonia. Y aquí se da ese sutil balanceo, en el que me gusta insistir, entre palabra y experiencia poéticas. En principio, pienso que ninguna de las dos –palabra y experiencia– podría existir sin la otra; que, una vez alcanzado el poema, concretado, no es posible otorgar preeminencia a uno u otro factor, pero me animaría a afirmar que un poeta lo empieza a ser de verdad, empieza a vivir la poesía y a conquistar la posibilidad de escribirla, cuando siente que ha accedido a cierta clase de experiencia interior, que es por sí misma tan gratificante y constituye una merced de tan crecida nobleza, que se da, paradójicamente, por bien servido con haber podido vivir un momento tan rico, una visión tan nutrida y enaltecedora, y no pretende más: ni escribir siquiera. A lo sumo, alaba a todo aquello o a quien pudo otorgarle esa merced.
. . . . Me atrevería a decir más, aun a riesgo de parecer concluyente en exceso: si a quien pretenda escribir poesía o concretar una obra de arte, en cualquier disciplina que fuese, no le ocurre esto de vivir, antes que nada, intensamente un momento, deseando que se quede allí, como si fuese una iluminación o un estado de gracia, me parece difícil que el poema o la obra de arte, resultantes de esa pretensión, nos convenzan como tales. Por otra parte, ha de quedar en claro que esa especie de iluminación autogratificante no empiece en modo alguno que, cuando de escribir se trate o de componer colores o sonidos, el poeta o el artista se vuelvan cuidadosos organizadores del material con que han de trabajar.

Édgar Bayley
Estado de alerta y estado de inoccencia
Col. Poesía y poética, Universidad Iberoamericana/Artes de México, 1996


No hay comentarios.: