jueves, julio 14, 2022

Cuatro poemas de Roxana Crisólogo Correa


Los que llegaron a vender hongos
saben que aquí el tiempo y la luz
                                       son efímeros
por eso se apuran en ofrecer sus mercancías     desenfundan
            afilan sus manos
también yo debo apurarme antes de que la luz levante sus carpas
y el horizonte se hunda en la profundidad de la iglesia de piedra

No sé si el precio de los hongos es el más justo
ni cuestiono la autenticidad de lo que los vietnamitas venden
Me fijo en sus manos que utilizan como tijeras
y de las que desprendo sílabas     sonoridades
            que medito
antes de decidirme por un puñado de colores
y la seguridad de la pequeña que repite lo que digo
y con una mano se hace de un balde de hongos
                                       que parecen respirar

Me han dicho que evite practicar mi mal finés con los vietnamitas
se la pasan recogiendo hongos     en verano se apoderan de las fresas
            ahora la oscuridad

Nadie entiende mi miedo a la falta de luz
saberlo todo
            entenderlo todo
no me asegura que sabré distinguir lo venenoso de lo comestible

            Me conformo con el dulce acento de los vietnamitas
que ofrecen un mejor precio si me animo a comprar toda la bolsa

¿Qué si se congelan los hongos?              Por supuesto
                        aquí todo se congela





Me gustaría ir sobre una Vespa
pero me topé con Austen
                        5 años
                        sin pasaporte
                        una familia que alimentar

Yo quería olvidar sobre la Vespa que llegué aquí
para escribir la historia de Austen
sin tener que cruzar una frontera
pensar en las palabras de Austen
imaginar a Austen
sacarle de los ojos las miradas que varó el mar

Quería volar como todos los que vuelan despreocupados
sobre la suavidad del sol
perderme sobre una Vespa
virar en callecitas escurridizas
como la desmemoria

Le llaman bella a la mujer que escribe
yo me llamo algo más humano
pero me guardo mis palabras

La aguafiestas     sí
vengo a llenarles de preguntas que el Sol embarra de aceite
para broncear

No
no es el momento me dicen
                                    Toma la ruta del sol
cierra los ojos     siente     enciende la Vespa
y vuela sobre las colinas camino a Taormina
Mira los suaves dedos de las piedras
aferrados a una profundidad turquesa

luminosos pececillos que el mar arrastra





Un pan con palta que mi madre deja sobre la mesa
es todo lo que ella puede hacer por mí

Mi piel mi cabello se mantendrán jóvenes
mis ideas cristalinas y audaces
mis palabras en su nivel de aceite

Te agradezco por el pan con palta
de cada día
en el desayuno

me enseñaste que la inspiración
está en lo nutricio y terrenal





Una conversación
sobre la leche de cabra y la leche de vaca

de madrugada

cuando nadie escucha
cuando nadie piensa
cuando los olores cavan su escondite a la sombra

Los dedos matan el tiempo cambiando el dial de la radio
buscando sacar manchas
como en el comercial

Un instante de felicidad
para que cuando amanezca
nadie escuche ni huela
nadie intente excavar

la soledad del vaso

En la madrugada
tomar leche de vaca
porque dormir es quedar en blanco
con el estómago vacío
es un estilo de vida

Te remonta a un mundo sin vacas ni cabras
Te remonta al mundo

Cuando nadie piensa que esto en realidad es un desierto
Mi amiga que también sufre de intolerancia a la lactosa
me confesó que tiene el mismo sueño
sin vacas ni cabras
sin leche ni luz

Cuando nadie escucha
Cuando todos duermen
Cuando nadie quiere saber a dónde va a parar
Tanto dinero
Tanto trabajo

Cabras y vacas
devorándose el aire

la proteína
la mala leche





Roxana Crisólogo Correa
Kauneus (la belleza)
Intermezzo Tropical, 2021.

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