jueves, abril 07, 2016

Siete poemas de la dinastía Tang


Poema

Con unos lotos blancos
          sacados del lago
regresa una doncella
          pilotando una lancha.
No puede ocultar sus huellas

          porque la pequeña barca,
a través de los flotantes juncos
          dibujó una delatora estela.

Bai Juyi (772-846)




Canción

No expulséis a las moscas de la mañana,
salvad los mosquitos de las tardes.
Si os pican,
es fácil defenderse.
¡Su vida es tan efímera!

Que tengan su propia vida;
cuando venga la luna nueva
el viento los llevará sin dejar rastro.

Han Yü (768-824)




Autoabandono

Me senté a beber
y no advertí el crepúsculo
hasta que los pétalos que caían
          llenaron
             los pliegues de mi túnica.
Ebrio, me levanté,
          dirigiéndome al arroyo
             iluminado por la luna.
Los pájaros se habían ido
           y también
             los escasos hombres que quedaban.

Li Po (705-762)




En la casa de campo de un viejo amigo

Un viejo amigo preparó pollo
          y un pudín de cereales,
y me invitó a comer
          a su casa de campo.
Verdes árboles circundan
          su hacienda.
Collados azules
          descienden a lo lejos.
Frente a una ventana abierta
          veo el huerto.
Bebemos vino y charlamos
          sobre las moras y el lino.
Espérame hasta el noveno día
          de la novena luna.
Volveré de nuevo a paladear
          tu vino de crisantemo.

Men Haoyan (689-740)




Grabado en los muros de una estafeta al norte del Tayu

En el décimo mes los patos salvajes
          vuelan hacia el sur,
llevan su migración muy lejos
          y luego regresan.
Pero mis viajes
          jamás tienen fin.
¿Cuándo vendrá el día
          en que me quede en mi hogar?
Ahora, el caudal del río ha descendido
          y está silencioso.
El bosque se sumerge, oscuro y confuso,
          en las emanaciones
              de los pantanos.
Mañana, al amanecer, cuando
          desde la cima del paso dirija
              la mirada hacia el hogar,
me gustaría ver los ciruelos en flor
          a lo largo de los embalses.

Sun Zhiwen (...-710)




Mi retiro en el monte Chung-Nan

En la edad madura
          encontré el camino
y decidí construir una casa
          al pie de esta montaña.
Cuando mi espíritu me embarga
          paseo en solitario.
En medio de la belleza
          que los demás no encuentran
sigo caminando hasta donde el agua
          obstruye el sendero.
Luego me siento y contemplo
          las nubes que ascienden:
En el sendero del bosque
          por casualidad encuentro a un
          viejo leñador y hablamos y reímos.
Ya no pienso en regresar.

Wang Wei (699-759)




Enviado a un ermitaño taoísta del cerro Chüan-Chiao

Es madrugada cuando, tiritando,
          me acomodo en mi salita
y me viene a la memoria el ermitaño
          del otro lado de las colinas.
Lo imagino amontonando haces de leña
          en los barrancos, junto
             a algún arroyo de la ladera de la montaña,
y regresando luego a casa para cocinar
          en su fogón de piedra.
Pensé que sería un placer llevarle
          una calabaza llena de vino
          para reanimarle
          en este atardecer húmedo y tormentoso,
pero las hojas caídas han cubierto
          las faldas de los cerros.
Y, ¿cómo podría encontrar la senda?

Wei Yingwu (735-792)




Poetas chinos de la dinastía Tang
Selección y traducción: C. G. Moral
Visor, 2000.

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