Ganas de comerse el mundo se decía cuando había mundo y ganas y largas filas de alimentos antes de que se pudran llevarlos a la boca la tuya antes de que se pudra o la que encuentres al alcance nada de almacenes nada de silos
aunque se anuncie tormenta aunque vientos de guerra amenacen
y voces aconsejen guardar para los tiempos de escasez vacas flacas decían esa carne la he probado también esbelta con su disfraz de hueso mondo y otros frutos me he llevado a la boca el lado luminoso de los frutos y su interior y las semillas muy lejos las escupo para que no germinen en mí
cadenas en mí
Conté seis árboles un conjunto colores alineados en un cuadro violeta florecen los colores florecen
mis ojos violeta contra el fondo verde no la belleza más simple y más terrible es esto sin epifanía
el paisaje infinito su distracción mis ojos siempre en vilo verdes o violeta o lo que estaba antes del verde y del violeta
un brillo una sombra o lo que estaba antes del brillo
y de la sombra
sin medida donde el número seis es otra sílaba otro golpeteo no más árboles o árbol distinción
perdida como perdido se va todo borrando contra el fondo
hoy gris pero ese gris también se perderá
Museo lugar público donde los gritos no son gritos lugar público donde lo público se separa de lo público la colección privada el reino de las musas no la colección privada de lo público
No concluyo nada ni el paisaje concluye ayer vi unas nubes tan bajas y veloces que un grupo de gaviotas en vano las seguía graznaban o lo que sea ese chillido que hacen no la música la música concluye un anhelo de forma la apaga y así no vive no penetra en el canto del ave ni en la continuidad del paisaje
Al final de la tarde un campo de luciérnagas y la noche que cargan pequeña noche inmensa noche planetaria y en ese alumbramiento restos de otras vidas peces
a la orilla del lago trozos de piel escamas
una nueva textura de esqueletos y marcas en la arena un
campo que se apaga y se enciende que se apaga y
se enciende que se enciende y alumbra lo que no es
mío ni son mis luces
lo que se me aparece
Tanta paz sembrada había en el cementerio que supe sus huesos por toda la tierra que extendí beatífico que esparcí
qué lecturas qué códigos de una figura que presiento inmensa un ángel o nube con forma de ángel
Aíslo los sentidos tengo el sabor de la almendra en lo alto del paladar y el tono oscuro del chocolate y un vino que los mezcla aíslo la imagen de la calle la tienda de regalos a la izquierda la pequeña imprenta y el comedor donde se sientan al azar los fines de semana he oído que la comida es buena la barra semioscura y el licor que da brillo a las cosas a la derecha una vieja oficina de correos y en época de fiestas una estampilla conmemorativa que adhiero a esta postal
Juan Manuel Portillo
Vigilia
Salto de Mata, 2020.
martes, agosto 18, 2020
Vigilia (fragmentos)
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