XII
Moluscos lentos,
sembrada estás de mar, adentro
de ti hay mar: moluscos del beber
en ti el mar
para que nunca en ti
tuvieran fin las aguas.
XXXIV
Qué sabes, cuerpo, tú de mí
que así me miras
en esta tarde melancólica,
me escrutas, piensas, mueves
la cabeza donde insólito dura
el aire
de aquella nuestra juventud.
Y ahora
que la navegación se anuncia larga y nada
parecería haber que no hubiéramos muerto,
desnudo cuerpo, dime,
qué sabes tú de mí que así me miras
en la borrada orilla oscura de este mar.
José Ángel Valente
El fulgor
Cátedra, 1988.
jueves, agosto 12, 2004
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