martes, agosto 03, 2004

El poeta y el tiempo

Igualdad del don del alma y de la palabra - eso es el poeta. Por eso - no hay poetas que no escriban, ni poetas que no sientan. Sientes pero no escribes - no eres poeta (¿dónde está la palabra?); escribes pero no sientes - no eres poeta (¿dónde está el alma?) ¿Dónde la esencia? ¿Dónde la forma? Identidad. Indivisibilidad de la esencia y la forma - eso es el poeta. Yo prefiero, naturalmente, a quien no escribe pero siente, que a quien no siente pero escribe. El primero - quizá - mañana será poeta. O santo. O héroe. El segundo (el versificador) - no es nadie. Y su nombre es legión.

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El crítico-prontuario, el que analiza la obra desde el punto de vista de la forma, que omite el qué y mira sólo el cómo, el crítico que en un poema no ve ni al protagonista ni al autor (en vez de creado "hecho") y resuelve todo con la palabra "técnica", es un fenómeno si no nocivo, sí inútil. Ya que a los grandes poetas las fórmulas de poética ya hechas no les sirven, y a los que no somos grandes - ¡a nosotros no nos sirven! Diré aún más: generar pequeños poetas es un pecado y un daño. Generar artesanos puros de la poesía es como generar músicos sordos.

Marina Tsvietáieva
El poeta y el tiempo
Anagrama, 1990.
Traducción: Selma Ancira

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