Ofrenda para una tumba
de A.M.C.
Desde lo alto me señalaste,
un poco afuera de la franja de las casas en ruinas,
un punto negro de cipreses
—a través del azul encendido—
que custodian
los mármoles blancos del cementerio.
Pensé en la tumba
que nunca había visto
y en ese instante pensé en ponerle,
con la flor en la mano y el corazón tembloroso,
la luz viva de los claveles rojos.
17 de abril de 1929
Acostarme
Ahora la suave aniquilación
de nadar bocarriba
con el sol en la cara
y la mente penetrada de rojo
a través de los párpados cerrados.
Esta noche, sobre la cama, en la misma postura,
la ilusión cándida
de beber
—con las pupilas dilatadas—
el alma blanca de la noche.
Santa Margarita [Génova, Italia], 19 de junio de 1929
Inocencia
Bajo tanto sol
en una barca estrecha
la alegría
de sentir contra mis rodillas
la desnudez pura de un niño
y el ebrio tormento de incubar en la sangre
lo que él ignora.
Santa Margarita [Génova, Italia], 28 de junio de 1929
Noche de abril
Palpita la luna suavemente
detrás del vidrio
de mi jarrón de prímulas:
sin verla la pienso también
como una gran prímula
asombrada
—sola—
en el prado azul del cielo.
Milán, 1 de abril de 1931
Pudor
Si alguna de mis pobres palabras
te gusta
y me lo dices
aunque sea sólo con los ojos
yo me abro
en una sonrisa santa
pero tiemblo
como una madre joven y pequeña
que todavía se sonroja
cuando un transeúnte le dice
que su bebé es hermoso.
1 de febrero de 1933
No tener un Dios
no tener una tumba
no tener ninguna certeza:
tan sólo cosas vivas que se escapan.
Estar sin ayer
estar sin mañana
y estar en la nada
—ayuda—
para la miseria
que no tiene fin.
10 de febrero de 1932
Las hermanas
Si dudas todavía, te diré
que para mí nuestro cariño
es como un ramo de flores púrpuras
llevadas por la noche
a una habitación que entristecía.
8 de septiembre de 1933
Antonia Pozzi
Parole
Mondadori, 1939.
Traducción: Roberto Bernal
Versiones inéditas cedidas por el traductor para Nueva Provenza
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