martes, julio 07, 2020

Cuatro poemas de Jack Spicer


Berkeley en tiempos de la peste

La peste se apoderó de nosotros y de la tierra bajo nuestros pies,
Crecía como un hervor, envolviéndonos en su interior.
Aguardamos, el cielo azul estremecido por un segundo
Se volvió negro con tanta muerte.

La peste se apoderó de nosotros y de nuestras sillas,
Con paso cauteloso entró en la habitación
(discutíamos a Yeats); se detuvo por un segundo
Sonrió luego y nos hizo morir.

La peste se apoderó de nosotros, reía, nos daba otras proporciones,
Nos hinchaba hasta el delirio.
Sucumbimos portentosamente; sufrimos por un segundo
Pero nos dejó una cierta calma en los ojos.





Cualquier tonto puede meterse al océano

Cualquier tonto puede meterse al océano.
Pero hace falta una diosa
Para salir de uno.
Lo que es verdad de los océanos es verdad, claro,
De laberintos y poemas. Cuando empiezas a nadar
entre las corrientes del ritmo y el alga de la metáfora
Hay que ser buen nadador o haber nacido diosa
Para volver de ellas
Mira esas nutrias marinas meciéndose rabiosas
En la mitad del poema
Inquietas y dóciles juegan donde
el agua apenas tiembla
Podrás abrirte paso entre olas y rocas
Hasta la mitad del poema y tocarlas
Pero probar el agua bendita
Despierta el deseo del regreso
El inicio del gozo.
A menos que seas un poeta o una nutria o algo sobrenatural.
Te ahogarás, querida. Te ahogarás
Cualquier griego puede meterse a un laberinto
Pero hace falta un héroe para salir de uno.
Lo que es verdad de los laberintos es verdad, claro,
Del amor y la memoria. Cuando empiezas a recordar.





Improvisaciones a una frase de Poe

"La indefinición es un elemento de la música verdadera".
La concordia inmensa de lo que
No se presta a definiciones. La gaviota
Solitaria en el muelle se revienta la cabeza a graznidos
Por ningún pez, ninguna gaviota,
Ningún océano. Como absolutamente despojada de significado
Como un corno francés.
Ni siquiera una orquesta. La concordia
Solitaria en un muelle. La concordia inmensa de lo que
No se presta a definiciones. Sin peces
Sin gaviotas, sin océano: la verdadera
Música.





Psicoanálisis: una elegía

¿En qué estás pensando?

Pienso en los inicios del verano
Pienso en las lomas mojadas bajo la lluvia
Anegadas. Derramándose
por hectáreas vacías de encinos y manzanitas
sobre viejas matas verdes enroscadas bajo el sol,
el chamiso, la salvia, y la mostaza de primavera.
O el viento caliente que baja de Santa Ana,
enloqueciendo las colinas
como racha de aire con un poco de arena
hiriéndolo todo y haciendo dulce a la semilla.
O en la ciudad donde los árboles de durazno
son extraños como los potros jóvenes,
y hay papalotes atrapados en los cables
de las lámparas de la calle,
y las alcantarillas ahogas con ramas muertas

¿En qué estás pensando?

Pienso que me gustaría escribir un poema tan lento como un verano
que se demora y no empieza
como un 4 de julio en algún lugar en la mitad de la segunda estrofa
después de una lluvia inusual
California parece ensancharse en el verano.
Me gustaría escribir un poema tan largo como California
y lento como el verano.
¿Me entiende, doctor? Tendría que ser tan lento
Como la punta del verano.
Lento como el verano
En un día de calor tomando cervezas cerca de Riverside
O en medio de algún camino al rojo vivo
Entre Bakersfield y el Infierno
Esperando a Santa Claus

¿En qué estás pensando ahora?

Pienso en que ella se parece mucho a California.
Cuando no se mueve su cuerpo es como un mapa. Por su piel
Cruzan carreteras vacías
Enormes carreteras vacías
Por las que cruza la luna buscando liebres
En las noches calientes de verano.
Pienso en que su cuerpo podría ser California
Y yo un triste turista rico del Este
Perdido en algún lugar entre el Infierno y Texas
Viendo el mapa de una California ancha, húmeda y que danza
Una que jamás he conocido.
Envíame algunas postales baratas, mujer,
Envíalas.
Una con la foto de cada uno de tus pechos evocando
Extraños monumentos nacionales,
Una de tu cuerpo vasto como una carretera de tres carriles
A veintisiete millas de una habitación
En el hotel más viejo del mundo.

¿En qué estás pensando?

Pienso en cuántas veces este poema
Se repetirá. Cuántos veranos
Torturarán a California
Antes que los malditos mapas ardan
Antes que el cartógrafo desquiciado
Caiga al suelo para poseer a
La dulce y espesa tierra de la que se ha estado escondiendo.

¿En qué estás pensando?

Pienso en que un poema puede continuar para siempre.





Jack Spicer
My Vocabulary Did This to Me: The Collected Poetry of Jack Spicer
Wesleyan University Press, 2010.
Traducción: Hugo García Manríquez
Estas versiones son parte de un libro próximo a publicarse por la editorial Matadero y la Universidad Iberoamericana.

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