viernes, octubre 14, 2016

Seis poemas de Juan Carlos Flores


Naturaleza muerta

Mirar, oír 1, 2, 3 veces: sobre cabezas de pescado/ dejadas por la madre en la cocina/ y sobre cuaderno de poemas/ dejado por el hijo en el librero/ cruzan sin detenerse las hormigas.

Mirar, oír 1, 2, 3 veces: sobre cabezas de pescado/ dejadas por la madre en la cocina/ y sobre cuaderno de poemas/ dejado por el hijo en el librero/ cruzan sin detenerse las hormigas.

Mirar, oír 1, 2, 3 veces: percibiendo en cada ocasión algo distinto.




La NASA

Bajo luces que cambian constantemente de color/ en pistas improvisadas para el baile/ y otras amenidades permitidas/ bailan los jóvenes de las nuevas camadas/  como antes bailaban los jóvenes de entonces/ al compás de músicas que ahora son reliquias/ la música es distinta y los vestidos y peinados son distintos también/ y hay latas de cerveza aplastadas contra el suelo/ y olor a cigarrillos raros/ y en las cuadras aledañas pasan los autos policiales sonando sus sirenas y chirriando sus gomas/ y al compás de músicas que pronto serán reliquias/ como antes bailaban los jóvenes de entonces/ bailan los jóvenes de las nuevas camadas/  en pistas improvisadas para el baile/ y otras amenidades permitidas/ bajo luces que cambian constantemente de color --de súbito una riña y se detiene la música/ y se detienen los cuerpos/ y se detiene el poema/



Los cisnes

Miré a los cisnes en el estanque y me quedé largo rato, pensando.

Lo que me sucedió allí, entonces, eso, pudiera sucederle a cualquiera. Ahora, poco me importa preguntarme y saber si soy o si no soy un hombre común. Ahora, poco me importa preguntarme y saber si soy o no soy un poeta común.

Miré a los cisnes en el estanque y me quedé largo rato, pensando.




La reseca

Dunas, entre restos de empresas, donde comienza el mar, donde oscuras terminan las huellas de los patos, u-na-bo-te-lla-ro-ta, ciudad vacía lo que fue el adentro, fruta repletada, entre restos de empresas, donde comienza el mar, donde oscuras terminan las huellas de los patos...




Un detalle

"Cerca del marabú, bajo un sol de machié, yo me senté a esperarla".

Unos zapadores, arañaban la tierra, con sus palas. Ahí cayó un bulto, dijo el-que-marcaba-el-compás. Ahí cayó un bulto, repitieron los demás zapadores y continuaron arañando la tierra, con sus palas.

"Cerca del marabú, bajo un sol de machié, yo me senté a esperarla".




Retrato de una (otra) dama

Escritora esquizotímida/ con tendencia al suicidio/ no soportando el simulacro de vida/ que le ha tocado roer/ encerrada dentro de caja negra/ día tras día escribe/ si lo escrito le parece bien/ buena mercadería/ pone en la grabadora música exótica/ baila hasta que los pies no le pesan--

Apolítica, dice, pero paga su peaje

(realismo sucio: convertir la mierda en oro, o por lo menos en papel moneda, eso, ya estaba en Baudelaire)

Escritora esquizotímida/ con tendencia al suicidio/ no soportando el simulacro de vida/ que le ha tocado roer/ encerrada dentro de caja negra/ día tras día escribe/ si lo escrito le parece mal/ mala mercadería/ fuma/ se acuesta/ se deprime/ mira al techo--

Apolítica, dice, pero paga su peaje

(unas veces soy César Vallejo, el mutilado de todas las guerras, que la visita en su casa. Otras, una piedra común que ella usa de pisapapeles)




La mofeta

Roedor de pequeño volumen, para protegerse de las agresiones de los diversos animales, de miembros y dientes más poderosos que ella, despide un olor nauseabundo, debido a un curioso mecanismo glandular que se articula, en cuanto ella siente la proximidad de un asalto.

En el parque zoológico, cárcel o manicomio donde los animales internados pugnan por un poco de espacio, sobre el cual depositar comidas y heces, aún por entre las áreas destinadas a los mamíferos fuertes veo cruzar a la mofeta, y siento envidia, yo, que con indiferencia he visto cruzar esos autos que aquí llaman de lujo.





Juan Carlos Flores
Distintos modos de cavar un túnel
Ediciones Unión, 2003.

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